Del G20 y cosas extrañas que suceden en las cumbres

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Autor: Cooperativa.cl

Ex miembros de los cuerpos diplomáticos revelaron algunos detalles de los encuentros.

Los alimentos y el orden en que se sientan los miembros de las cumbres afectan a las decisiones.

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Este lunes arranca en México la cumbre del G20. Y algo que no todo el mundo sabe es que todo lo que ocurre en ésta y otras reuniones similares está regido por un estricto orden protocolar, y muchas veces, las grandes decisiones, dependen de factores tan superfluos como quién se sienta al lado de quién o qué comerán los delegados.

ImagenJonathan Powell, Jefe de gabinete entre 1997 y 2005 del exprimer ministro británico Tony Blair, recuerda en esta crónica sus experiencias como funcionario asistiendo a estas conferencias.

La de la OTAN, la de la Unión Europea, la del G8 y, el lunes, la del G20..... El número de cumbres que se llevan a cabo hoy día es interminable.

Cuando tenía que acompañar a estas reuniones al entonces primer ministro británico Tony Blair, no podía dejar de sorprenderme con las normas protocolares.

Los aviones aterrizan en el aeropuerto según un orden preestablecido. Los autos parten primero o después, según la importancia de quienes viajan en ellos.

A veces, cuando se produce un cambio en los planes, hay que dar vueltas y vueltas por el mismo sitio para matar tiempo.

Una vez que los líderes llegan en sus carros escoltados por motocicletas y dan un breve discurso ante los periodistas, se los lleva inmediatamente adentro.

Mientras los conducen a la sala de conferencias, los camarógrafos de la la televisión tratan de identificar quién saluda a quién amistosamente, y quienes parecen ignorarse.

"Tienes que ser un buen besador si trabajas en política externa", explica el ministro de Relaciones Exteriores británico David Miliband.

Hay que reconocer que el ambiente en la sala puede afectar -para bien o para mal- las decisiones.

Asistentes y asesores están pendientes de sus oponentes, tratando de ver quién está cansado, quién tiene hambre, quién está distraído o aburrido, y aprovechan esta información para traer harina para su costal.


El misterio de las 03:00 AM

Recuerdo que siempre me preguntaba por qué las cumbres, especialmente en Europa, se extienden hasta las tres de la madrugada.

A veces porque los temas que se discuten son muy complejos, pero la mayoría de las veces es por pura política.

Si la decisión a la que se llega a las 03:00 AM es perjudicial para uno, al menos puedes mirar al electorado en la cara y decirles que luchaste hasta el final.

A veces, ocurre que por ser tan tarde, y por la tensión que genera tomar decisiones muy importantes, los participantes de la cumbre se tornan terriblemente groseros.

Todavía me acuerdo cuando el entonces presidente de Francia Jacques Chirac comentó burlonamente después de que el canciller de Finlandia finalizara una intervención particularmente aburrida, que éste se había perdido una gran oportunidad para callarse.

O también cuando Chirac miró con desprecio a los anfitriones de la cumbre de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, porque en ese país se comía ciervo.

De hecho, la comida en esta clase de reuniones es extremadamente importante.

Cuando Helmut Kohl fue presidente de Alemania, sus opositores decían que el hecho de que muchas veces sintiera hambre hacía que buscase llegar pronto a un acuerdo durante las tortuosas negociaciones europeas.

Durante una cumbre europea en Luxemburgo, el exprimer ministro británico John Major, fanático de las hamburguesas, insistió que le enviaran unas cuantas a la agotada delegación británica.

Cuando finalmente llegaron, Douglas Hurd, ministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno de Major, miró la hamburguesa con sospecha y la devolvió, como si nunca antes hubiese visto un sándwich de carne.


Cómo sentar a los delegados, un dolor de cabeza

Quién se sienta a lado de quién también influye en el éxito o en el fracaso de una cumbre.

Por una cuestión alfabética, los delegados del Reino Unido (que en inglés es United Kingdom) solían sentarse al lado de los de Estados Unidos (United States), pero, la expansión de la OTAN cambió este patrón, por ejemplo, con la inclusión de Ucrania.

"El presidente de Ucrania estaba claramente en desacuerdo con los estadounidenses y los británicos, pero por el tema del alfabeto le tocaba sentarse justo al lado de Tony Blair y George Bush", recuerda Lord Robertson, exsecretario de la OTAN.

"En un momento de inspiración, cuando estaba en la ducha, decidí que se sentarían según el orden alfabético, pero usando los nombres de los países en francés, que es el segundo idioma de la OTAN.

Así, Tony Blair acabó sentado cerca del presidente de Rumania (porque el Reino Unido dejó de ser United Kingdom y pasó a ser Royaume-Uni) y George Bush se sentó junto al delegado de Estonia (por Les Etats-Unis).

De todos modos, me pregunto por qué en un mundo donde existen las teleconferencias y Skype, todavía hace falta reunirse cara a cara. ¿No podrían hacer sus reuniones por teléfono?

Cada vez más, los políticos se ponen en contacto con sus pares en otros países por texto y por email. Pero Lord Robertson cree que no hay nada como encontrarse en persona.

"Todavía no se ha inventado una tecnología para sustituir la situación en la que un ser humano habla con otro para hallar una solución en común", dice.

Lord Carrington, primer canciller de la exprimera ministra británica Margaret Thatcher, me dijo una vez: "Tengo muchas dudas sobre las cumbres. Creo, al final, que las cosas importantes se deciden según los intereses nacionales, más que por si Fred se lleva bien con Joe".

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