La nueva cinta del MCU es un cúmulo de emociones, sorpresas y tributos a quienes la hicieron posible. Revisa nuestra reseña libre de spoilers.
Cuando Marvel anunció que "Avengers: Endgame" superaría las 3 horas de duración, muchos fanáticos perdieron la cabeza por el temor a recibir una película de extensión innecesaria. Pero eso está lejos de ocurrir.
A lo largo de sus 182 mintuos "Endgame" logra proponer una narrativa lo suficientemente atractiva para mantener expectantes no solo a los fieles fanáticos del Universo Cinematográfico de Marvel (MCU), si no que también a aquellos que se han sumado tardíamente a la fiebre y no cuentan con todas las referencias para comprender en un 100% lo que aparece en la pantalla.
Dividida en tres actos, la cinta retoma los hechos ocurridos inmediatamente después de "Infinity War", pero dándoles un giro tan inesperado que ni las mejores teorías previas pudieron vislumbrar.
Además del ya clásico y a veces inoportuno humor del MCU y las excelentes escenas de acción, la película se da un tiempo para tributar a su historia y sus inspiraciones. Así como existen referencias a cintas como "Volver al futuro" y "El gran Lebowski", los hermanos Russo también decidieron homenajear a las películas que cimentaron el imperio de Marvel en el cine.
La emotividad también es un ingrediente importante en "Endgame". Claro, viene a cerrar un ciclo de 22 películas iniciado hace 11 años con un puñado de personajes entrañables que luchan por su vida. La operación matemática era sencilla, pero había que implementarla bien y no explotarla.
Eso es precisamente lo que logra esta película, una que está perfectamente balanceada entre la alegría y la tristeza, entre la acción y la calma, entre el humor y las lágrimas, entre la desolación y la esperanza.
Como buena conclusión "Endgame" logra condensar lo mejor del MCU en todos sus niveles, desechando los errores del pasado y haciéndose cargo de su historia de manera épica. Las respuestas que entrega la cinta son satisfactorias, pero lo son aún más las preguntas que deja de cara al futuro. Sobre todo por el hecho de que, por esta pasada, se prescindió de una escena post créditos.
