Megadeth probó su vigencia e hizo un show absolutamente impecable
Dave Mustaine puede vanagloriarse de que fue y es uno de esos ídolos del rock con permiso para hacer lo que desee, porque siempre tendrá incondicionales rendidos a sus riffs.
Dave Mustaine puede vanagloriarse de que fue y es uno de esos ídolos del rock con permiso para hacer lo que desee, porque siempre tendrá incondicionales rendidos a sus riffs.
Por J. Raúl Martínez
Cualquier duda que hay cargado Dave Mustaine sobre el futuro de su banda, Megadeth, puede darse casi por olvidada tras el concierto que el grupo de rock pesado dio la noche del jueves 7 de octubre en un colmado Court Central del Estadio Nacional y que sin duda es uno de los mejores de la agenda 2005.
El poco comunicativo cantante y guitarrista se probó a sí mismo que los fans que suma desde su debut en 1985 -con el disco "Killing is my business... And business is good!"- siguen tan fieles como antes, independientemente de la orientación que puedan tomar sus composiciones.
Con las entradas agotadas desde hace un día, Mustaine y los tres músicos que lo acompañan en la vuelta de Megadeth llegaron a Chile para descargar un show pulcro desde todo punto de vista, en el que no hubo espacio ni para sentidas arengas o pirotecnia escénica.
Fueron dos horas y cinco minutos de canciones, mezcla de clásicos imperdibles con parte importante del disco "The systen has failed" (2004), que trajo de vuelta al negocio al ex miembro de Metallica, quien en 2001 había anunciado el fin de Megadeth tras sufrir una seria lesión en su mano izquierda, que le impedía tocar guitarra.
Un par de minutos después de las 21:00 horas, las luces del recinto deportivo se apagaron para recibir al bajista James MacDonough, el guitarrista Glen Drover, el baterista Shawn Drover y a Mustaine, vestido con un simple jeans y una camisa blanca
No hubo saludos ni presentaciones, porque Megadeth partió de inmediato con "Blackmail the universe", el primer corte de su último disco y la primera de las 26 canciones que sonarían durante la noche.
Temas antiguos como "Set the world afire", "Skin o' my teeth", "Wake up dead" o "In my darkest hour", se mezclaron con cortes del último disco de Megadeth -compuesto íntegramente por Mustaine-, como "The scorpion", "Die dead enough", "Of mice and men" o "Something I'm not".
"Bienvenidos a la casa de Megadeth", en perfecto español, fue la primera frase del músico para el público, casi pasada la primera media hora de concierto. Mustaine ni siquiera necesito presentar las canciones, todos las conocían, incluso las más recientes.
Acompañada de un excelente y definido sonido, la banda repasó casi toda su discografía -a excepción de su debut-, acompañado de un vociferante coro en "She wolf", "Reckoning day" o la sentida "A tout le monde", una pieza emotiva, tanto por su melodía como por su desgarradora letra sobre la muerte.
Con todas las miradas puestas en él, Dave Mustaine pudo dedicarse a tocar, cantar y observar, con bastante asombro, como cerca de 10.000 personas coreaban su nombre una y otra vez, casi dejando en segundo plano el concepto de banda que siempre predomina en el rock.
Canciones como "Angry again", "Train of consequences" y "Sweating bullets" seguían provocando una respuesta enérgica del público, que se entregó aún más cuando el grupo repasó parte del disco "Rust in peace", su señera placa de 1990, con "Hangar 18" y "Tornado of souls"
La primera parte de la noche de Megadeth concluyó con el trío "Symphony of destruction" (acompañada de un impresionante coro que repitió el nombre de la banda), "I'll be there" y "Peace sells", luego de exactos 100 minutos sobre el escenario.
El bis programado era "Holy Wars...The Punishment Due", pero Mustaine acogió el "No" que gritó el público ante el anuncio del último tema y tras una breve conversación con su banda incluyó una canción fuera del programa: "Hook in mouth"
A las 23:10 horas sonaba el último acorde del show, pero no de Megadeth, porque su líder prometió una nueva visita -la quinta de su carrera- ante un público extasiado y ante el cual sólo comentó: "You've been great" (han sido increíbles), algo más que lógico si se tiene en cuenta el excelente espectáculo que brindó el estadounidense. (Cooperativa.cl)