Luego de 15 años de su concierto con el dúo El último de la fila, Manolo García volvió a encontrarse con cerca de 1.000 seguidores chilenos en un recital que lo mostró muy cercano a sus fanáticos en el Teatro Oriente de Santiago.
El espectáculo, parte de la gira de promoción de su último disco solista, "Para que no se duerman mis sentidos", comenzó con la interpretación de "Insurrección", éxito de 1986 del grupo que integró junto a Kimi Porter.
García, quien visitó Chile con su compañero en 1992, seis años antes que emprendieran carreras como solistas, mostró los temas de su primer trabajo discográfico en solitario editado en Latinoamérica.
Uno de los presentes, el actor Daniel Alcaíno, compartió su apreciación sobre el artista español, de quien alabó su cercanía con la gente, en lo que denominó como un "antishow".
"Es un escritor que canta, diría yo. Tiene muchas imágenes, muchos pájaros, mucho juego. A la gente que nos gusta caminar por la calle, como una vida cotidiana, pasada a humo, como un hombre que parece gris pero por dentro está lleno de colores. Por fuera es como quitado de bulla, entonces me gusta", señaló Alcaíno.
"Si Parra inventó la antipoesía, éste inventó el antishow, entonces es muy cercano a la gente, muy normal, muy común y corriente", añadió el actor.
La cercanía y el cariño que le tiene a los seguidores chilenos quedaron demostrados en la interpretación de "Como un burro amarrado a la puerta del baile", canción compuesta junto a Porter en 1993, cuando García bajó del escenario y, sin dejar de cantar, saludó a los fanáticos.
Incluso, el artista español subió al segundo piso del teatro para estar más cerca de los que seguían el espectáculo desde la platea alta.
Tras dos horas de show y con un bis de "Insurrección" Manolo García se despidió de sus seguidores y puso fin a la gira que lo trajo a Latinoamérica promocionando su nueva producción solista. (Cooperativa.cl)