Los primeros resultados de la investigación descartaron que el siniestro del avión de pasajeros chipriota que causó este domingo la muerte de 121 personas se debiera a un sabotaje o atentado, según fuentes oficiales de Chipre.
"No se trata de una acción terrorista", aseguró a la prensa el director de la oficina de Información de la Presidencia del país, Marios Karoyan.
"No podemos hacer conjeturas. Los indicios que ahora tenemos nos llevan a pensar que es un fallo técnico, pero las investigaciones aún prosiguen", insistió.
El avión, un Boeing 373/800 alquilado por la compañía chipriota Helios a la aerolínea de bandera egipcia Egyptair y que hacía el recorrido Larnaca-Praga con una escala técnica en Atenas, se estrelló en una zona montañosa del norte de la capital griega, al parecer por un fallo en el sistema de refrigeración.
Según fuentes de la investigación, las pesquisas sobre las causas de la tragedia, una de las más mortales en la historia de la aviación de Chipre, parten de un mensaje enviado por un pasajero al teléfono de un amigo que dice: "Hace mucho frío en el avión, estamos congelados. Adiós amigo".
Fuentes del ministerio chipriota de Orden Público negaron las informaciones que apuntaban a que muchas de las víctimas mortales eran niños.
"Nuestros informes indican que 59 adultos y ocho niños tenían previsto bajarse en Atenas y 46 adultos y dos niños en Praga", explicó la fuente.
Según fuentes de la investigación, el aparato tenía un historial de averías y reparaciones en el sistema de calefacción y de compresión de la cabina.
El Boeing envió una señal de auxilio a la torre de control de Atenas casi tres horas después de salir del aeropuerto de Larnaca y dos cazabombarderos griegos F-16 fueron enviados a su encuentro.
De acuerdo con la investigación, los pilotos de los cazabombarderos vieron que el capitán de la nave, de nacionalidad germana, no estaba en su puesto, el copiloto, griego-chipriota yacía en la cabina y el avión volaba con el piloto automático conectado. (EFE)