El Ejército norteamericano reconoció que eran más de cuatro, como informó el martes, los fallecidos en el ataque realizado mientras Cheney se encontraba de visita.
El número de muertos en el atentado suicida del martes contra la mayor base estadounidense en Afganistán, en Bagram, ha ascendido a nueve, tras el fallecimiento de tres ciudadanos afganos hospitalizados, informó el Ejército estadounidense en un comunicado.
El atentado se produjo en la puerta de la base a las 10:00 de la mañana hora local del martes (05:30 GMT), mientras el vicepresidente de EEUU, Dick Cheney, que salió ileso, se encontraba en el interior visitando a las tropas.
Aparte del terrorista suicida, murieron un encargado de servicios estadounidense y otro coreano, un contratista y dos trabajadores que esperaban para entrar en la base, según el comunicado.
Además, el ataque causó 21 heridos que se recuperan en las instalaciones hospitalarias de la base, situada a unos 60 kilómetros al norte de Kabul.
El Ejército estadounidense había reconocido en otra nota previa la muerte de cuatro personas, una cifra que coincidía con la anunciada por la ISAF pero que contrastaba con la manejada por una fuente del Ministerio afgano de Interior, que estimó en 15 las víctimas mortales.
Por su parte, un supuesto portavoz de los talibanes, Qari Mohammad Yousef, reivindicó ayer el ataque y aseguró que había más de 20 muertos y 30 heridos en el ataque, la mayoría de ellos soldados.
Los talibanes han incrementado sus actividades en el país ahora que el invierno está acabando en Afganistán, donde en lo que va de año el conflicto ha causado unas 400 muertes, la mayoría insurgentes, según la ISAF.
Tras el atentado, Cheney se reunió en Kabul con el presidente afgano, Hamid Karzai, para analizar la situación de la guerra contra el terrorismo. (EFE)
