Sabine H., la alemana de 39 años que supuestamente mató a nueve bebés confesó que éstos eran sus hijos, informó este martes la policía germana y confesó haber dado muerte a dos de ellos.
Respecto a los otros siet, la mujer sostuvo que no se acordaba que había pasado con ellos porque solía estar ebria.
Los cadáveres encontrados en un jardín familiar, de la localidad de Kireskow Finkenheerd (este de Alemania), el pasado domingo, eran recién nacidos o bebés de poco tiempo, nacidos entre 1988 y 2004, de acuerdo con las investigaciones en curso.
El perfil de la presunta asesina de los nueve bebés hallados en maceteros apunta a una problemática social compleja, aunque lejos aún de poder explicar algo que rebasa lo humanamente explicable.
Sabine H., como es conocida por los medios, es una asistente de dentista cesante, de 39 años, que quedó embarazada por primera vez a los 17 y que, tras traer al mundo a sus tres primeros hijos, se separó de su marido y empezó a relacionarse con otros hombres, que a su vez la dejaron embarazada.
A los largo de 16 años, entre 1988 y 2004, enterró en su casa familiar, por lo que hasta ahora se sabe, los cuerpos de nueve criaturas que acababa de traer al mundo, sin despertar las sospechas ni de familiares ni del vecindario.
No se descartan otros hallazgos escabrosos, ya que la policía prosigue el rastreo del jardín de la casa.
Sabine H. vivía desde hacía 20 años en la capital de ese distrito, Fráncfort del Oder, junto a la frontera polaca. Algunos vecinos de Brieskow-Finkenheerd, población de 2.700 habitantes, la recuerdan en sus visitas vistiendo trajes holgados y, al menos en una ocasión, con un bebé en brazos.
Esta criatura podría ser la última que nació y que sigue viva y también la que encendió las alarmas de los asistentes sociales de Fráncfort del Oder. Hace unos meses, le retiraron la custodia de esta niña, de dos años, por negligencia y consumo de alcohol.
La niña de dos años cuya custodia se le retiró era hija de su actual compañero, dos años más joven que ella, con quien vivía de la asistencia social. Algunos medios afirman que está de nuevo embaraza, de seis meses.
Estos son los elementos hasta ahora difundidos entre la policía y los medios de comunicación alemanes, que han reconstruido el historial familiar a toda prisa, desde que se revelara el hallazgo de los cadáveres en el jardín.
La policía fue alertada de los hechos por un trabajador al que la familia de la presunta asesina había encargado limpiar el sitio. Tras el primer descubrimiento avisó a la policía, que empezó a registrar el resto de los maceteros, hasta completar los nueve cadáveres.
Los vecinos de la población, que tras salir a la luz el caso se encuentra copada de equipos de televisión y medios locales, se han mostrado atónitos por lo ocurrido.
Al parecer, en el casa vivía ahora la madre y otro familiar de la presunta asesina, que se han encerrado y bajado las persianas mientras fuera se sucede el despliegue mediático.
Se trata, en cualquier caso, del más escabroso caso de la historial criminal de Alemania y probablemente el mayor infanticidio de esas características registrado en Europa.
El precedente inmediato sería el caso de una austríaca de 32 años, revelado el pasado junio, que confesó haber asesinado a cuatro bebés y haberlos congelado o enterrado en cemento. En junio de 1999, una estadounidense de 70 años confesó haber asesinado a ocho de sus diez hijos, entre 1949 y 1968. (EFE)