Tribunal alemán rechazó ayuda a Berlín porque es una ciudad "pobre, pero sexy"
La capital alemana tiene una deuda de 60.000 millones de euros y no tiene recursos para poder compensarla y, por ello, pidió ayuda al estado federal que se la negó.
La capital alemana tiene una deuda de 60.000 millones de euros y no tiene recursos para poder compensarla y, por ello, pidió ayuda al estado federal que se la negó.
Con el argumento de que la capital germana es "pobre, pero sexy", el Tribunal Constitucional alemán rechazó este jueves la demanda presentada por Berlín para obtener ayuda financiera del Estado y poder hacer frente a su deuda de 60.000 millones de euros.
El vicepresidente del TC, Winfried Hassemer, parafraseó al alcalde-gobernador de Berlín, el socialdemócrata Klaus Wowereit, que en su día lanzó el eslogan de "pobre, pero sexy" aplicado al encanto de la capital alemana, para denegar la petición de ayuda financiera.
"Berlín se adorna desde hace tiempo con un eslogan que al parecer tiene que ver con este procedimiento, y a mí me gusta el eslogan", dijo Hassemer, para añadir: "si lo escuchamos con atención, en realidad significa que Berlín es tan sexy porque no es tan pobre".
Con este toque de ironía, Hassemer resumió una sentencia en la que se admite que Berlín se encuentra, efectivamente, en una situación presupuestaria compleja, pero que puede y debe salir de ella por sus propios medios.
El problema real de la ciudad-estado y capital alemana no está en los ingresos, considera el TC, sino en los gastos, ya que, a pesar de que en los últimos años ha tenido una recaudación por encima de la media de otros laender, no ha rebajado sus deudas.
Berlín gasta demasiado para lo que ingresa, resume el Constitucional, y apunta a que este gasto excesivo se centra, especialmente, en universidades, cultura e investigación.
Con estos argumentos, el TC tiró por la borda la demanda interpuesta precisamente por el equipo de Wowereit, quien aspiraba a que se le reconociese la situación de emergencia presupuestaria de la ciudad-estado y capital.
El alcalde-gobernador -que heredó buena parte de la deuda de su antecesor, el conservador Eberhard Diepgen-, había argumentado que el detonante de la situación eran dos circunstancias históricas: la II Guerra Mundial y la división de Berlín y de Alemania.
A diferencia de otros países europeos, Berlín no es una capital con un gran poderío industrial, ni aglutina los principales consorcios empresariales, como consecuencia tanto de los años de la división como del sistema federal orquestado tras la II Guerra.
A juicio del alcalde, la reunificación se fraguó deprisa y luego, cuando Berlín recuperó el estatus de capital, se retiraron asimismo las partidas financieras especiales que tuvo la ciudad durante la posguerra y tras quedar dividida por el Muro.
Wowereit aspiraba a una ayuda extraordinaria del Estado del que Berlín es capital, pero topó con los argumentos en contra del ministerio de Finanzas, que apremió a ahorrar más.
La deuda de 60.000 millones de euros anuales supone, sólo en concepto de intereses, un gasto de 2.400 millones de euros.
El alcalde-gobernador había insistido en la argumentación de su demanda en que la participación que se reclamaba al Estado -no especificada en cifras- no sería para consumo interno o pagar gastos actuales de la capital, sino para liquidar esa deuda.
Se estima que, en caso de sentencia favorable a los intereses de la ciudad-estado, Berlín podría sacar como máximo de las arcas del Estado central entre 30.000 a 40.000 millones de euros.
El proceso se inició en abril y, de haber acabado en sentencia en sentido inverso, le habrían seguido un cúmulo de demandas parecidas de otros laender deficitarios, cada uno por sus circunstancias particulares.
El procedimiento ante el TC fue seguido con suma atención tanto por los estados del país denominados donantes netos a las arcas estatales como los receptores. (EFE)