Además, los incendios forestales obligaron a cancelar varios vuelos, mientras que los centros de salud reciben centenares de consultas por irritaciones oculares, de garganta y problemas bronquiales.
La masa de humo que cubre a Buenos Aires y sus alrededores, al igual que en los últimos días, causó la cancelación de varios vuelos y pospuso la salida de numerosos autobuses, mientras que algunas carreteras permanecen parcialmente bloqueadas.
Además, las guardias de los hospitales porteños mantienen la "alerta amarilla", que obliga a todo el personal de los centros de salud a estar a disposición, debido al incremento de consultas por irritaciones oculares, de garganta y problemas bronquiales, entre otros, señalaron fuentes oficiales.
El humo, que afecta a más de 15 millones de personas, se origina por la quema de pastos iniciada hace días, la cual afecta a unas 70.000 hectáreas del delta del río Paraná, con unos 500 focos activos.
A raíz de esta situación, los vuelos que deben aterrizar en el Aeroparque porteño están siendo derivados al Aeropuerto Internacional de Ezeiza, que sólo operaba este sábado para la llegada de aviones.
Como consecuencia, algunos vuelos fueron cancelados, mientras otros 20 continúan demorados, según indicaron fuentes del terminal.
En tanto, varias salidas de autobuses de la principal terminal de Buenos Aires permanecen canceladas debido a la escasa visibilidad en las carreteras, que esta mañana se extendía a unos 300 metros en los mejores casos, según datos del Servicio Meteorológico Nacional (SMN).
De hecho, el Gobierno argentino declaró este viernes la emergencia vial en autovías próximas a Buenos Aires, afectadas por la impresionante masa de humo.
Especialistas consultados por la prensa local aseguran que el humo provoca "la contaminación más grave de la historia" en Buenos Aires y sus alrededores, al punto que se registraron lluvias de ceniza en las localidades bonaerenses de Ezeiza y Pilar.
El Ejecutivo reaccionó al suceso presentando ante la Fiscalía una denuncia penal contra los propietarios y arrendatarios de los terrenos donde se queman los pastos que han originado el humo. (EFE)
