Sobrevivió a dos disparos en la cabeza y un intento para degollarla: "Mis amigos me dicen Highlander"

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| Periodista Digital: Cooperativa

Los agresores, a quienes ella conocía, buscaban robarle las llaves de su departamento, e incluso tras atacarla la dejaron abandonada, creyendo que había muerto.

Tres personas -dos hombres y una mujer- fueron procesados como los responsables del hecho ocurrido en 2016 en Argentina: ellos fueron condenados, pero ella resultó absuelta.

Sobrevivió a dos disparos en la cabeza y un intento para degollarla:
 Rafael Quinteros / Clarín
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Fue violentamente atacada en su departamento en el año 2016, cuando recibió disparos en su cabeza y cortes de navaja en el cuello. Sobrevivió, y ahora ella, Lodia Savino (68), bromea comentando incluso que "mis amigos me dicen Highlander", un inmortal personaje de ficción.

Todo ocurrió en Argentina. A Lodia le dispararon en dos oportunidades en la cabeza, intentaron degollarla y le rompieron varios dientes con el fin de sustraer las llaves de la propiedad donde habitaba y robarle 33 mil pesos argentinos, 3.800 dólares y todas sus joyas. Los responsables la creían fallecida cuando la dejaron tirada en el living, quedando al borde de la muerte.

Los hechos fueron responsabilidad de Federico Loza, de 29 años y gásfiter al que contrataba para las tareas de mantenimiento, junto a su cómplice, un joven de 17 años identificado como "Gonzalo". Ambos fueron condenados y recibieron penas de 28 años y de 11 años y 9 meses, respectivamente.

En el acto también estuvo presente la ex novia de Federico, empleada de limpieza del edificio donde ocurrió el suceso y señalada como "entregadora", quien fue absuelta y puesta en libertad, tras pasar un tiempo en prisión domiciliaria para amamantar a su bebé.

"No es partícipe necesario, es indispensable. De no haber sido así, yo nunca hubiera conocido a estas dos personas", criticó Lodia Savino, quien relató su historia al medio argentino Clarín.

CÓMO OCURRIÓ TODO

Todo empezó cuando Lodia vivía en calle Juan Bautista Alberdi en Buenos Aires, Argentina, mientras tenía en arriendo un departamento en calle Eva Perón. Ella accedió a darle trabajo a Loza tras las insistentes peticiones de la mujer que realizaba las labores de aseo en el recinto, quienes eran pareja en ese entonces.

"Como yo tengo departamentos que alquilo, siempre se rompe algo. Entonces (él) empezó a hacer tareas de mantenimiento, nada científico ni específico: me colocó una repisa, fue a hacer un arreglo de electricidad (...) a destapar una cañería únicamente", recordó ella a Clarín.

En medio de estas solicitudes, el 6 de diciembre del 2016 Loza se dirigió al lugar de los hechos junto al adolescente a quien había presentado días antes como "Gonzalo, su hermanito menor".

Según indica Savino, días antes de los hechos Loza solicitó por WhatsApp un revólver calibre 22 a su hermana, cuya pareja era miembro de una fuerza de seguridad.

El día del ataque ambos jóvenes y la trabajadora de aseo se encontraban en el departamento que estaba en arriendo, y al que hacían reparaciones. Hasta allí llegó Savino. "Me voy porque estoy muy cansada", dijo la empleada, apenas la propietaria hizo ingreso.

Según consta en la investigación, Federico Loza conversaba con Lodia sobre el calefón que había ido a revisar, cuando el adolescente le disparó en dos oportunidades a corta distancia en la nuca, sin que la víctima sintiera el dolor del disparo. "No sentí dolor alguno, me dio en el lugar más duro del cráneo", recuerda.

Luego de esto "Gonzalo" la tomó por detrás aplicando una llave. "Ahí me di cuenta que no éramos amigos, yo no sentía nada por los balazos. Me tiró al piso y me empezó a asfixiar, metiéndome la cortina en la boca. Me rompió todos los dientes de arriba y de abajo, las comisuras, me hizo un desastre", relató Lodia.

La mujer se defendió, por lo que Federico dio la orden de cortar a la víctima. Fue ahí cuando el más joven intentó degollarla con tres cortes de navaja en el cuello, provocando que se desmayara.

Los responsables le robaron las llaves del departamento donde vivía para ir a sustraerle el dinero y joyas, por lo que se fueron del inmueble donde cometieron el crimen. "Me creyeron muerta. Yo estaba sangrando por los tiros en la cabeza, pero a las cinco de la tarde me desperté", rememoró la mujer, quien en esa situación extrema llamó a su pareja para pedirle auxilio.

En el Hospital Piñero, tras la cirugía en el cuello, descubrieron que tenía una bala que había traspasado el cuero cabelludo y otro orificio en la sien.

Proceso legal

Durante el juicio, el adolescente declaró que pensó que la víctima estaba muerta, pidió perdón y, además, aseguró que Loza le habría pagado una parte de lo robado y que el resto se lo quedó él. El adulto también pidió perdón y le echó la culpa a "Gonzalo", sin mayores efectos en el proceso judicial debido a los detalles entregados por Savino.

En tanto, la tercera persona involucrada, una mujer, fue absuelta, situación ante la cual Savino critica la decisión de la Fiscalía de no apelar al fallo ni permitirle a la víctima apelar.

"Los atacantes actuaron con un sadismo terrible y no hubo justicia completa para mí, que me tuve que mudar y llevar un botón antipánico, el único beneficio para la víctima, porque hay una culpable suelta que primero me vendió a mí y después a ellos", concluyó Savino, sobreviviente de este brutal ataque.

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