Las víctimas son familiares de mineros que trabajaban por su cuenta en pequeñas explotaciones.
Los equipos de rescate continúan las tareas para encontrar más cuerpos sepultados.
Las autoridades de Filipinas elevaron a 36 los muertos en el corrimiento de tierra en una mina de oro ilegal en el sur del país mientras se desvanecen las esperanzas de encontrar con vida a los 36 desaparecidos.
Según datos de la Oficina de Defensa Civil, al menos otras 16 personas resultaron heridas en el accidente ocurrido en la madrugada del jueves en la aldea de Pantukan, en Compostela Valley, situada en la isla de Mindanao, a unos 900 kilómetros al sur de Manila.
Los equipos de rescate continúan las tareas para encontrar más cuerpos sepultados por el alud de rocas y barro que enterró a unas 50 viviendas.
Las víctimas son familiares de mineros que trabajaban por su cuenta en pequeñas explotaciones, pese a la prohibición gubernamental tras un accidente similar que costó la vida a 14 personas -ocho siguen dadas por desaparecidas- en el mismo municipio el pasado abril.
El presidente del país, Benigno Aquino, ordenó abrir una investigación para averiguar por qué los residentes no fueron desalojados de sus chabolas, tal y como estipuló su Gobierno.
Pantukan y otras aldeas cercanas han atraído en los últimos años a cientos de buscadores de oro que trabajan sin tipo alguno de regulación y han causado inestabilidad del suelo al agujerear las montañas.
La incontrolada deforestación impulsada por las compañías madereras y mineras favorece las riadas y avalanchas de tierra, especialmente en la temporada de lluvias, que, por lo general, comienza en mayo y termina en noviembre.
