Almaz Atambáyev, quien estuvo dos días incosnciente, sostuvo que sus opositores políticos trataron de hacer con él lo mismo que le ocurrió al actual presidente ucraniano Víctor Yúschenko, víctima de una toxina.
El primer ministro de Kirguizistán, Almaz Atambáyev, denunció este martes que estuvo dos días inconsciente después de que le intentaran envenenar, como le ocurrió al presidente ucraniano, Víctor Yúschenko.
"Después de estar dos días inconsciente, sé que me intentaron envenenar. Durante las últimas dos semanas han estado limpiándome la sangre. Ahora, como ven ustedes, puedo andar y hablar", aseguró Atambáyev en rueda de prensa, citado por la agencia Interfax.
Atambáyev, antiguo líder opositor y jefe de Gobierno desde finales de marzo pasado, aseguró que se sintió mal el pasado 11 de mayo después de beber un vaso de agua en la sede del Ejecutivo en Bishkek.
"No puedo sospechar de nadie en concreto. Ofendidos, por lo visto, hay muchos", dijo.
El primer ministro reveló que había recibido varias amenazas de muerte tras anunciar su decisión de nacionalizar una planta de semiconductores en la provincia meridional de Jalalabad, una de las más conflictivas de esa república centroasiática.
"Ahora seguro que no abandonaré el cargo, ya que no me gusta cuando me intentan asustar", subrayó.
El presidente del Parlamento, Marat Sultanov, declaró por su parte que es "prematuro" hablar de envenenamiento.
"Es necesario conducir un examen médico y si el envenenamiento es confirmado por los médicos, el Parlamento podría abrir una investigación al respecto", aseveró.
Este caso recuerda al de Yúschenko, que fue envenenado durante la campaña electoral previa a los comicios presidenciales en Ucrania de finales de 2004 con dioxina.
La fiscalía ucraniana ha señalado como fecha probable del envenenamiento el 5 de septiembre de 2004, noche en la que Yúschenko cenó con altos cargos del SBU, los servicios secretos ucranianos, herederos del KGB soviético, que supuestamente pretendían apartarle de la carrera electoral.
Según las muestras extraídas por los médicos, los niveles de dioxina en la sangre del presidente eran mil veces superiores al índice normal. (EFE)
