Los gobiernos de México y Venezuela más el mandatario electo de Argentina, Alberto Fernández, dieron a conocer este miércoles que no reconocen a Jeanine Áñez como presidenta interina de Bolivia.
La senadora opositora Jeanine Áñez asumió este martes la presidencia interina de Bolivia dos días después de la renuncia de Evo Morales, en una sesión parlamentaria con la ausencia de los representantes del oficialista Movimiento Al Socialismo (MAS).
Quien primero se refirió al tema fue la embajadora de México en Bolivia, María Teresa Mercado, quien dijo que el Gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador no reconoce a Áñez como mandataria debido a que se rompió el orden constitucional.
La autoridad diplomática apuntó que "lo único que México quiere es que se respete la voluntad del pueblo boliviano y esta voluntad debe manifestarse y ejercerse por los cauces constitucionales y pacíficos".
Más tarde, el Gobierno de Nicolás Maduro rechazó lo que consideró como una "autoproclamación" de parte de la senadora opositora como presidenta de Bolivia, y la acusó de "usurpar" el cargo tras la renuncia de Evo Morales, forzada por los militares el pasado domingo.
"Venezuela expresa su firme rechazo a la parodia representada en el día ayer en la Asamblea Legislativa boliviana, que derivó en la ilegal autoproclamación de una parlamentaria como supuesta jefa de Estado, acto con el cual se ha pretendido dar carta de naturaleza y legitimidad a la deposición forzosa" de Morales, dijo en un comunicado la Cancillería venezolana.
Alberto Fernández: En Bolivia hubo "un golpe de Estado"
En tanto, el presidente electo de Argentina, el peronista Alberto Fernández, se negó este miércoles a considerar a la senadora Jeanine Áñez como mandataria interina, al señalar que lo que hubo en Bolivia fue "un golpe de Estado".
Fernández, que asumirá su cargo el 10 de diciembre, explicó que en Bolivia "hubo un jefe del Ejército que pidió la renuncia de un presidente" y "una Policía que se amotinó", unos hechos que "en cualquier lugar del mundo se llama golpe de Estado".
En una línea similar se pronunció Cristina Fernández de Kirchner, vicepresidenta electa y mandataria argentina entre 2007 y 2015, que ironizó en su cuenta oficial de Twitter sobre la instalación de una "nueva moda" en América Latina, por la que "a los presidentes ya no los eligen los pueblos".
