Las autoridades temen que la llegada, durante este sábado, de nueva ayuda humanitaria aumente los saqueos debido a la escasez de agua y alimentos en ciudades como Pisco e Ica.
El Gobierno de Perú decidió redoblar este sábado la seguridad en la costa central del país que resultó afectada por el terremoto del miércoles pasado, con el despliegue total de cerca de mil soldados.
"Estamos hoy día duplicando el número de las Fuerzas Armadas (en la zona de desastre), esperamos llegar al final de la tarde al número de mil efectivos", dijo en Pisco el ministro de Defensa, Allan Wagner.
Actualmente hay unos 400 soldados en la zona de desastre, los que junto a otros 600 efectivos de la policía peruana intentan frenar los múltiples saqueos, principalmente nocturnos, registrados desde el miércoles.
Wagner agregó que Chincha, Pisco e Ica, ciudades del departamento de Ica, las más afectadas por el terremoto de ocho grados Richter, "han pasado una noche tranquila", al manifestar que "no han habido desmanes ni pillajes".
Asimismo, el ministro anunció que se establecerán cinco nuevos albergues en las zonas más alejadas de Pisco, para atender a más damnificados.
Los temores de que ocurran nuevos saqueos aumentaron con la llegada de nuevos envíos de ayuda humanitaria, así como la escasez de agua y alimento en las ciudades devastadas por el terremoto.
Además, el pasado miércoles se fugaron unos 600 presos de una cárcel de Chincha, aunque el Gobierno aseguró que una gran mayoría ha sido capturada desde entonces.
Precisamente en esa ciudad una persona resultó herida de bala después de que un grupo de pandilleros irrumpió la noche del viernes en un hospital, aprovechando la oscuridad y la escasa presencia policial, informó la portavoz del Ministerio de Salud, Lorena Trelles, a Radio Programas del Perú. (EFE)
