Italia despidió a las víctimas del terremoto con un funeral de Estado
En la ceremonia se leyó un mensaje del Papa.
Pidió por el reposo de los fallecidos y la recuperación de los heridos.
En la ceremonia se leyó un mensaje del Papa.
Pidió por el reposo de los fallecidos y la recuperación de los heridos.
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| A 289 asciende el número muertos hasta el momento. (Fot: EFE) |
Con esta ceremonia -en la que se pudieron escuchar las palabras del papa Benedicto XVI-, se dijo adiós oficialmente a las, por ahora, 289 víctimas de una tragedia que ha consternado a la comunidad internacional y que aún no ha concluido, pues los sismos siguen azotando el centro de Italia mientras se busca a una veintena de desaparecidos.
En el funeral de Estado, que coincide con la fiesta católica del Viernes Santo y en el que estuvieron expuestos los ataúdes de cinco niños, se pudo comprobar por primera vez la magnitud de la tragedia humana más allá de las imágenes de destrucción que se han visto en los últimos días.
"En estas dramáticas horas en las que la descomunal tragedia se ha cebado sobre esta tierra, me siento espiritualmente presente entre vosotros para compartir vuestra angustia, implorar a Dios el reposo eterno por las víctimas, la rápida recuperación de los heridos y la fuerza para continuar y no caer en el desaliento", dijo el Papa en un mensaje leído por su secretario, Georg Ganswein.
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| Conmovido por la magnitud de la tragedia, hasta llorar se vio al primer ministro, Silvio Berlusconi. (Foto: EFE) |
El acto fue celebrado en el cuartel de la Escuela de la Guardia de Finanzas de L'Aquila, la capital de los Abruzos y una de las ciudades más afectadas por el sismo de 5,8 grados en la escala de Richter del pasado lunes, y en él estuvieron presentes los representantes de las más altas instituciones del país.
Desde el presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, hasta el presidente de la Cámara de los Diputados, Gianfranco Fini, pasando por el primer ministro, Silvio Berlusconi -quien se mostró muy afectado, llegando incluso a llorar-, los más altos cargos del Estado se acercaron a L'Aquila para dar el último adiós a los fallecidos.
Algunos pueblos quedaron destruidos casi por completo.