La colectividad del destituido gobernante postuló que el cambio de recinto penal, "contra su voluntad", se debió a la posibilidad de un complot en su contra o para mitigar el hostigamiento al que era sometido.
El ex presidente ecuatoriano Lucio Gutiérrez, recluido desde el pasado 14 de octubre en un penal de máxima seguridad de la capital del país, fue trasladado la madrugada de este miércoles, contra su voluntad, hasta una confortable cárcel de Quito.
El coordinador del Partido Sociedad Patriótica (PSP), Fidel Araujo, indicó que el ex gobernante, que lidera a su grupo, fue enviado "contra su voluntad y de forma atropellada" al Centro de Rehabilitación Número 4 de Quito, conocido como "la cárcel de lujo".
Según Araujo, el traslado posiblemente se ordenó tras la difusión de una información que circuló en la mañana del pasado martes 3 de enero en el penal, en el sentido de que se estaría organizando en ese recinto un complot para atentar contra la vida del ex presidente Gutiérrez.
Se denunció que "había un posible complot para asesinar al ex presidente, pero parece que el traslado obedeció, más bien, a que el Gobierno quiso tomar medidas" para reducir el hostigamiento al que ha sido sometido Gutiérrez en el penal, agregó Araujo.
Sin embargo, el coordinador del PSP insistió en sus dudas sobre el presunto atentado y aseguró que "este tipo de acciones, que se hacen de forma subrepticia, hacen sospechar cosas".
Pese a que Gutiérrez se atrincheró en su celda de penal "García Moreno", la Policía logró sacarlo de ese centro para trasladarlo inmediatamente a la Cárcel 4.
Durante la operación, que comenzó a la medianoche, la Policía intentó romper la puerta de la celda de Gutiérrez para cumplir la misión de trasladarlo del lugar.
Según el propio Gutiérrez, el procedimiento fue irregular, porque los policías nunca le presentaron la orden judicial que avale su traslado a una hora en la que no se suelen hacer ese tipo de operaciones.
Gutiérrez, antes de ser trasladado a la Cárcel 4, dijo que la operación obedecía una estrategia de hostigamiento en su contra, ordenada, supuestamente, por el actual presidente del país, Alfredo Palacio, su sucesor en el poder.
El pasado 20 de abril y en medio de crecientes protestas en Quito, el Congreso ecuatoriano destituyó a Gutiérrez y designó como nuevo jefe del Estado a Palacio, que hasta entonces era el vicepresidente de la República.
Gutiérrez, que tras ser destituido se refugió en Brasil, Estados Unidos, Perú y Colombia, volvió a Ecuador el 14 de octubre para entregarse a las autoridades judiciales, que habían ordenado su detención por una acusación de atentar contra la seguridad del
Estado.
El ex gobernante ha defendido su inocencia y reclamó a la comunidad internacional que investigue su caso, pues asegura que las acusaciones en su contra no tienen sustento y que se han violado sus garantías ciudadanas y constitucionales. (EFE)
