Obama sacó aplausos en Francia al reconocer arrogancia de EE.UU.
El gobernante se reunió con 3.000 personas en Estrasburgo.
Habló de los desafíos comunes con Europa.
El gobernante se reunió con 3.000 personas en Estrasburgo.
Habló de los desafíos comunes con Europa.
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, cautivó este viernes a una entregada audiencia de 3.000 personas, que le aplaudió con especial entusiasmo cuando reconoció con pesar que "a veces América se ha mostrado arrogante y ha minimizado, incluso ridiculizado," a sus aliados europeos.
En una reunión tipo "town hall", en las que los políticos se someten al escrutinio de los ciudadanos y responden directamente a sus preguntas, Obama fue también muy respaldado cuando habló del cierre de Guantánamo, la prisión estadounidense abierta en suelo cubano para detenidos sospechosos de terrorismo internacional.
En un ambiente propio de un concierto de rock, los asistentes, en su mayoría estudiantes alemanes y franceses, habían estallado en gritos y aplausos cuando aparecieron en el pabellón deportivo Obama y su mujer Michelle, que saludó desde el escenario y después escuchó atentamente a su marido en primera fila.
El presidente primero dio un discurso de media hora en el que se trazó como meta un mundo sin armas nucleares y aseguró que EE.UU. y Europa afrontarán con éxito los desafíos del siglo XXI siempre que lo hagan juntos.
Después dedicó otros treinta minutos a responder preguntas del público sobre el legado que quiere dejar su presidencia, lo que espera de los europeos en la "guerra contra el terror", si alguna vez se ha arrepentido de presentarse a presidente y, en un tono más personal y distendido, el proceso de elección de un perro para la Casa Blanca.
Sobre su legado, insistió en su esperanza en un panorama más pacífico y ecológico; a los europeos les pidió más esfuerzo en Afganistán; admitió que de su pasado echa de menos la intimidad, y, por último, aseguró que "pronto" se resolverá la duda sobre la raza de la mascota que prometió a sus hijas.