Ford y Chrysler anunciaron dramáticas medidas de paralización de fábricas en Norteamérica, a raíz de las crecientes dificultades que tienen los fabricantes de automóviles para vender sus productos en Estados Unidos.
Chrysler, el tercer fabricante estadounidense de automóviles, dijo que detendrá la producción de sus 30 plantas norteamericanas (22 en EE.UU., cinco en México y tres en Canadá) durante un mes, hasta el 19 de enero.
Poco después del anuncio de Chrysler, Ford anunció que parará la producción en 10 de sus 12 plantas de montaje de vehículos de Norteamérica durante tres semanas en vez de las dos semanas tradicionales durante las fiestas navideñas.
Por su parte, el mayor fabricante de automóviles estadounidense, GM, había anunciado a principios de diciembre una "importante" reducción de su producción en Norteamérica durante el primer trimestre de 2009.
GM dijo que producirá 250.000 vehículos menos de lo previsto porque "la velocidad y gravedad del declive del mercado del automóvil en EE.UU. en las recientes semanas ha sido sin precedentes".
Las razones de Detroit
Chrysler explicó que "debido a la continuada falta de crédito para los compradores de autos y el dramático impacto que ha tenido en las ventas globales del sector en EE.UU." se ha visto obligado a reducir su producción para mantener "el inventario de los concesionarios alineados con la demanda del mercado estadounidense".
El momento elegido por Chrysler y Ford para anunciar las paralizaciones no es casual, pues a mediados de cada mes los concesionarios de los fabricantes adelantan las cifras de ventas durante el periodo, información que sirve a los fabricantes para prever las cifras finales mensuales.
La decisión de Chrysler y Ford es un claro indicativo que las cifras de diciembre pueden marcar un dramático empeoramiento de las condiciones del mercado en el gigante del norte.
La demanda de los distribuidores
En tanto, la presidenta de la Asociación Nacional de Concesionarios de Automóviles de EE.UU. (NADA, en inglés), Annette Skyora, solicitó al saliente presidente, George W. Bush, que "actúe" de forma inmediata para que los "tres grandes de Detroit" consigan ayuda financiera de emergencia.
La administración Bush, bajo presión demócrata, comprometió 14.000 millones de dólares en préstamos de emergencia a General Motors y Chrysler después de que los republicanos bloqueasen en el Senado un proyecto de ley que habría facilitado esos fondos a los fabricantes.
La Cámara de Representantes, bajo control demócrata, aprobó la semana pasada el plan de rescate para ayudarles a mantenerse a flote hasta el 31 de marzo de 2009, pero el proyecto no pasó el filtro de la Cámara Alta.
Skyora afirmó en un comunicado que "estos son momentos desesperados en muchas comunidades en todo el país".
NADA estima que, de los 19.700 concesionarios de vehículos que existen en el país, unos 900 cerrarán sus puertas este año, lo que dejará sin trabajo directo a unas 50.000 personas.