"El presidente quiere un cheque en blanco", comentó la titular de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, tras el veto que el mandatario aplicó a "la ley del retiro".
El presidente estadounidense, George W. Bush, vetó el pasado martes la ley que fija un calendario para el retiro de tropas de Irak, exactamente cuatro años después de declarar la "victoria" bajo un enorme cartel con las palabras "misión cumplida", argumentando que era "una fecha para el fracaso".
"Miembros de la Cámara de Representantes y el Senado aprobaron una ley que sustituye la opinión de nuestros comandantes militares con la de políticos, por lo que hace unos pocos minutos, veté la ley", dijo Bush en la Casa Blanca.
"Fijar una fecha límite para el retiro es fijar una fecha para el fracaso, y eso sería irresponsable", agregó el mandatario, mientras un grupo de manifestantes fuera de la Casa Blanca cantaba "detengan la guerra ahora" y "¿cuántos tienen que morir?"
Bush rechazó así un proyecto de ley que ligaba fondos de emergencia para la guerra a un cronograma de retirada que debería comenzar en octubre.
Los líderes demócratas reaccionaron poco después del veto y reiteraron su compromiso de buscar un nuevo rumbo para la guerra en Irak.
"Si el presidente cree que oponiendo su veto va a impedirnos trabajar para cambiar la dirección de esta guerra, se equivoca", declaró el líder de la mayoría demócrata del Senado, Harry Reid.
"El presidente quiere un cheque en blanco, el Congreso no se lo va a dar", dijo por su parte la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, mostrándose pesimista sobre las posibilidades de encontrar un compromiso con la Casa Blanca para desbloquear los más de 100.000 millones de dólares que pide el Pentágono para financiar la guerra.
"Estamos impacientes por trabajar con el presidente para ponernos de acuerdo, pero por el momento nos separa un foso", añadió Pelosi, quien será recibida, junto a otros líderes legislativos, este miércoles en la Casa Blanca.
Otros legisladores demócratas, entre ellos algunos precandidatos presidenciales, reaccionaron con amargura.
"De un plumazo, el presidente Bush ignoró obstinadamente la voluntad de los estadounidenses y de la mayoría del Congreso, y, lo que es más inquietante, las realidades en Irak", estimó el senador y precandidato Barack Obama.
La senadora y candidata Hillary Clinton dijo por su parte que "el presidente mostró claramente con su veto que es un obstáculo para el fin de la guerra que permita regresar a nuestros soldados a casa". (Agencias)
