El recién nombrado ministro de Asuntos Económicos de Finlandia, Vilhelm Junnila, del partido de ultraderecha Verdaderos Finlandeses, anunció este viernes su dimisión tras la polémica causada por sus presuntos vínculos con grupos neonazis.
"A pesar de la confianza del partido y de mi grupo parlamentario, veo el asunto de la siguiente manera: considerando la continuación del Gobierno y la reputación de Finlandia, creo que me es imposible continuar de manera satisfactoria como ministro", afirmó Junnila en un comunicado.
Tras apenas diez días en el cargo, Junnila superó el pasado miércoles por estrecho margen una moción de censura en su contra presentada por la oposición de centroizquierda, a la que se sumó el Partido Popular Sueco (SFP), uno de los cuatro socios de la coalición gubernamental.
El ministro ultraderechista recibió entonces el apoyo mayoritario de los conservadores, los Verdaderos Finlandeses y los cristianodemócratas, pero siete diputados del SFP votaron a favor de la moción y los otros tres se abstuvieron.
La moción, apoyada por Los Verdes, la Alianza de Izquierdas y el Partido Socialdemócrata, fue rechazada por 95 votos contra 86, aunque hubiera sido exitosa de no haberse ausentado del pleno once diputados de la oposición, entre ellos la exprimera ministra, Sanna Marin.
CÓMO SE DIO LA MOCIÓN DE CENSURA
La moción de censura fue presentada a iniciativa de Los Verdes, quienes acusan a Junnila de tener vínculos con grupos neonazis, entre ellos el Movimiento de Resistencia Nórdico (PVL, por sus siglas en finés), ilegalizado en 2020 por el Tribunal Supremo.
Durante la pasada legislatura, Junnila fue el principal orador en actos organizados por grupos neonazis e incluso recibió a varios de sus miembros en el propio Parlamento.
Según la diputada verde Hanna Holopainen, los contactos del ministro con estos grupos neonazis y las bromas vertidas en sus redes sociales sobre Hitler y el nazismo demuestran sus simpatías hacia las ideologías de extrema derecha, algo que el ministro ha negado en repetidas ocasiones.
"Sus vínculos con movimientos de extrema derecha no son un accidente aislado, un malentendido o humor de mal gusto, sino una comunicación repetida, sistemática y de camaradería", afirmó Holopainen en el Eduskunta.
Esta polémica estuvo a punto de provocar la caída del Ejecutivo finlandés, el más de derechas de la historia reciente del país nórdico, ya que la líder ultraderechista, Riikka Purra, amenazó con abandonar el Gobierno si salía adelante la moción de censura, según medios locales.
El primer ministro finlandés, Petteri Orpo, defendió a Junnila ante la prensa tras superar la moción y alegó que éste ha pedido perdón por sus comentarios filonazis y se ha alejado de este tipo de grupos extremistas.
"Que esto le sirva como una advertencia muy seria sobre lo que se puede y no se puede hacer. Yo creo que le ha quedado claro", dijo Orpo entonces.
