El sujeto dijo haber cometido el brutal crimen cuando grababan un video.
Durante dos meses, el supuesto homicida usó su teléfono para contestar los mensajes que le llegaban.
Italia mira con estupor la investigación sobre Carol Maltesi, una joven de 26 años asesinada presuntamente por su vecino, Davide Fontana, después de grabar un vídeo pornográfico.
El sujeto es acusado de ocultar su cadáver durante meses e incluso haber respondido a los mensajes que llegaban al teléfono de la víctima.
Las pesquisas iniciaron el pasado 20 de marzo cuando un hombre que paseaba por el campo cerca de la localidad lombarda de Borno encontró cuatro sacos abandonados de los que salía una mano, según reconstruyen los diarios italianos.
Las bolsas contenían el cuerpo de una mujer despedazado y desfigurado pero los investigadores decidieron difundir algunos tatuajes que se habían conservado.
El portal de noticias BSNews empezó a recibir mensajes de lectores que aseguraban que los tatuajes coincidían con los de una actriz porno conocida como Charlotte Angie, identificada inmediatamente en Maltesi, se trataba de una joven italo-neerlandesa y madre de un niño de seis años.
Mientras la investigación seguía su curso, el vecino de la mujer, Davide Fontana, banquero y bloguero gastronómico, acudió a la comisaría de la localidad de Rescaldina para denunciar la desaparición de su "amiga" Maltesi. Pero el pasado lunes acabó confesando el crimen.
LA DECLARACIÓN DEL HOMICIDA
Fontana explicó que la noche del 10 u 11 de enero se encontraba en casa de la joven para grabar un vídeo pornográfico en el que ella era atada de pies y manos, cuando empezó a golpear con un martillo sus piernas y cabeza y terminó cortando su cuello por razones que asegura desconocer, según recogen los medios.
Luego compró una sierra para seccionar el cadáver y eliminar sus numerosos tatuajes y después adquirió un congelador para conservar el cuerpo hasta deshacerse de él.
Durante dos meses, el supuesto homicida usó el teléfono celular de la víctima para pagar su arriendo y hasta responder a los mensajes que le llegaban.
Fontana y Maltesi se habían conocido en octubre de 2020 a través de la red social Instagram cuando él vivía en Milán y mantuvieron una relación sentimental "abierta" mientras se dedicaban a vender fotografías y vídeos pornográficos en plataformas de internet.
