Israelíes acuden a las urnas para elegir un nuevo parlamento

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Autor: Cooperativa.cl

Pese a que Ariel Sharon continúa en coma, el partido que fundó tras dejar el derechista Likud, Kadima, aparece como favorito en los comicios de este martes.

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Cinco millones de israelíes están llamados a las urnas este martes para unas elecciones abiertas en las que Kadima, el partido centrista fundado por Ariel Sharon, rompió la lógica del bipartidismo y se presenta como el gran favorito pese al anunciado avance de la ultraderecha.

 

En total, 31 partidos compiten por los 120 escaños del Parlamento.

Según las encuestas sobre intención de voto ninguna formación alcanzaría la mayoría del Parlamento, por lo que es de esperar que los partidos formen coaliciones para poder gobernar. Las elecciones fueron convocadas después que el ex primer ministro Ariel Sharon disolviera el Parlamento antes de enfermar en enero y entrar en coma hasta la fecha.

 

Los últimos sondeos difundidos el pasado lunes por la agencia Reuters predijeron una holgada victoria para el Kadima, la formación fundada por Sharon y dirigida en la actualidad por el jefe del Gobierno en funciones, Ehud Olmert.

 

El delfín de Sharon —cuya formación obtendría entre 34 y 36 de los 120 escaños en el Knesset, la cámara legislativa— consiguió mantener la popularidad de su partido con decisiones como el asalto al penal de Jericó y el anuncio de una retirada parcial de Cisjordania si las urnas lo ratifican en el cargo.

 

La segunda formación más representada sería el izquierdista Partido Laborista de Amir Peretz, quien derrotó en elecciones internas a Simon Peres. Los sondeos otorgan a este partido entre 17 y 21 escaños. Los laboristas, además de proponer una retirada unilateral de los territorios ocupados según los Acuerdos de Ginebra, consiguieron imponer como uno de los temas dominantes en la campaña electoral los problemas económicos del país.

 

Este partido, sumido en una grave crisis a raíz la fracasada Cumbre de Camp David en 2000 —desde entonces ha cambiado de líder cuatro veces—, apuesta por una agenda social y la reanudación de las negociaciones con los palestinos. Sin embargo, los laboristas, como todas las formaciones que compiten en los comicios, rechazaron negociar directamente con Hamas.

 

Con menos escaños —entre 13 y 14— quedaría el antiguo partido de Sharon, el derechista Likud, que se opone a la evacuación de los asentamientos cisjordanos y prometió acabar con la corrupción. Bajo el liderazgo del viejo líder, este partido ganó 39 asientos en las últimas elecciones.

 

Sin embargo, la formación dirigida por el ex primer ministro Benjamin Netanyahu no sólo ha tenido que ver cómo buena parte de sus dirigentes de primera línea se marcharon al Kadima, sino que ahora tiene que hacer frente al espectacular avance del ultraderechista Yisrael Beiteinu. Se estima que este partido, que defiende la creación de dos estados étnicamente puros, se pueda hacer con hasta 10 escaños del Knesset, siete más de los que posee actualmente. Su líder, Avigdor Lieberman, asegura que su principio es el siguiente: "Ellos en su casa y nosotros en la nuestra".

 

Campaña de última hora

 

Ante ese posible escenario, el Likud lanzó el pasado lunes "una campaña de última hora para salvar la situación". Según el diario Maariv, que citó fuentes del propio partido, "el objetivo de la campaña es alertar a los votantes derechistas en el sentido de que si no introducen en la urna la papeleta del Likud, el partido será irrelevante y ello conducirá a un dominio completo de la izquierda".

 

En una especia de carrera hacia la extrema derecha, Netanyahu advirtió a los votantes nacionalistas que Lieberman se sumará a un gobierno dirigido por Olmert y del que asimismo formará parte la izquierda pacifista.

 

Y es que la ideología de Lieberman es tan confusa como las propias encuestas. Si por un lado Yisrael Beiteinu apela abiertamente a la expulsión de todos los ciudadanos árabes de Israel a cambio de una indemnización, por otro tiene en los primeros puestos de su lista a personajes como Sofa Landberg, ex aliada del histórico dirigente laborista Simon Peres, integrado ahora en Kadima.

 

Asimismo, este partido tiene en puestos de relevancia en su lista a un periodista de izquierdas y a un político que en el pasado se expresó a favor de dividir Jerusalén entre israelíes y palestinos.

 

Otro factor que añade incertidumbre a sus posturas es la recién fundada amistad que une a Lieberman con el líder del partido pacifista Méretz, Yosi Beilin, con quien acude periódicamente a dar conferencias de forma conjunta.

 

La predicción sobre la victoria de Kadima se ha mantenido de forma constante desde que comenzaron a difundirse las encuestas, y en todas ellas también le siguieron el Partido Laborista y el Likud. Quizá el resultado más sorprendente de los sondeos es que un 22 por ciento de los votantes, a pocas horas de las elecciones, no había decidido aún a quién votar. Se prevé que la abstención pueda alcanzar al 40 por ciento del electorado. (Agencias)

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