Las regiones del sur y el este están siendo fuertemente atacadas por la aviación de Israel, que ya deja cerca de 600 muertos desde que comenzó los ataques el 12 de julio.
La aviación israelí continúa bombardeando, por decimoséptimo día consecutivo Líbano, concentrándose en las últimas horas en el este y sur del país.
Cazabombarderos israelíes han descargado sus proyectiles contra las regiones sureñas de Nabatiye y Tiro, según fuentes policiales y medios locales, sin precisar si se han producido víctimas.
Además, continúan los intensos combates alrededor de la localidad meridional de Bint Yebeil, que los israelíes tratan de tomar desde el domingo, después de haberse hecho con el control de la estratégica colina de Marún el Ras, también en el sur.
A primeras horas, los aviones israelíes realizaron decenas de ataques contra Kila Dalafa, una región situada entre el Valle de la Bekaa y el sur del país, zonas consideradas feudos de Hizbulá.
Estos bombardeos coinciden con la aprobación del gobierno libanés, a última hora de la noche del jueves, del plan presentado por el primer ministro, Fuad Siniora, en la conferencia de Roma.
El proyecto, que consta de siete puntos, prevé "el refuerzo en número, material militar, mandato y perímetro de las operaciones de las fuerzas internacionales de las Naciones Unidas que operan en el sur del Líbano, así como la necesidad de emprender un trabajo humanitario urgente y operaciones de ayuda".
El ejecutivo libanés describió la conferencia de Roma, donde no se acordó un alto el fuego inmediato, de "proeza", ya que instó a la aplicación de la resolución 425 y la restitución de las granjas de Cheba.
La resolución 425, aprobado por el Consejo de Seguridad de la ONU en 1978 prevé la retirada total israelí del territorio libanés, lo que incluye las granjas de Cheba, un territorio controvertido entre Israel, Siria y Líbano, que Beirut reclama.
Las agresiones israelíes contra el Líbano, empezadas el 12 de julio en represalia por la captura de dos soldados israelíes por Hizbulá, puede haber causado hasta ahora 600 muertos, según el ministro de Sanidad, Muhamad Jalife.
Jalife calcula que a las más de 400 víctimas habría que sumar entre 150 a 200 personas más que yacen bajo los escombros de sus viviendas y que aún no han podido ser sacadas.
Los bombardeos también han ocasionado cerca de 1.800 heridos, así como cerca de 800.000 desplazados, 1.600 de los cuales se han refugiado en el cuartel general de la Fuerza interina de las Naciones Unidas en el Líbano (Finul).
Los cuantiosos daños materiales se calculan en varios millones de dólares. (EFE)
