Agentes de seguridad hebreos han repelido a decenas de musulmanes que protestan por las obras que se realizan en Jerusalén y que -afirman- son el primer paso de la destrucción de sus templos.
La policía israelí aseguró que "controla plenamente la situación" en la Explanada de las Mezquitas donde, tras la oración del viernes, musulmanes protagonizaron disturbios en protesta por las obras que Tel Aviv realiza en la zona.
El portavoz policial Mickey Rosenfeld informó de que los agentes "controlan totalmente" la Explanada y las calles aledañas y que así se pueden "prevenir" nuevos choques, aunque todavía se oyen disparos procedentes de los disturbios.
De momento, no se ha confirmado que el centenar de personas que permanecen en el interior del lugar haya aceptado salir de la zona.
Al menos 17 policías y 15 manifestantes sufrieron heridas leves durante los enfrentamientos.
Según Rosenfeld, la policía ha utilizado "gases lacrimógenos y granadas de estruendo", pero "no se está utilizando munición liviana".
Sin embargo, un funcionario de la Media Luna Roja, identificado como Sami Farjad, dijo que vio personas con heridas que podrían haber sido causadas por balas recubiertas de goma.
El jefe de la policía, Moshe Kaplinski, explicó que los agentes entraron en la Explanada de las Mezquitas después de que desde ese lugar les fueran lanzadas piedras "de forma masiva", además de bombas incendiarias.
El área donde se levanta el Muro de los Lamentos, cercana a la Explanada, fue evacuada.
Unas 6.000 personas -muchas menos de las decenas de miles que tienen cabida en el lugar, debido a que la Explanada está cerrada estos días a los varones menores de 45 años- asistieron este viernes a los rezos.
Entre los que permanecen dentro del lugar hay, según medios israelíes, un diputado palestino-israelí que negocia la retirada.
En el exterior, jóvenes que no pudieron entrar siguieron una plegaria en la calle y también allí los participantes atacaron a la policía con botellas y piedras.
Los principales choques se han producido cerca de la Puerta de los Leones, la entrada a la ciudad vieja más cercana a la Explanada de las Mezquitas.
Lo que ha provocado las protestas son unas excavaciones para sentar las bases de la rampa que conduce a la denominada Puerta de los Mugrabís, aledaña a la mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar más sagrado del Islam.
La obra ha suscitado las más agrias críticas por parte de los musulmanes en todo el mundo, y sobre todo de Israel por creer que con esta medida las autoridades pretenden de forma velada destruir las mezquitas o dañar uno de sus principales accesos.
El primer ministro israelí, Ehud Olmert, decidió el pasado jueves que las obras continuaran pese a las protestas y a los temores de que la medida incremente la violencia.
Las excavaciones fueron aprobadas hace dos semanas como el paso previo para reemplazar la actual rampa por la que se accede al recinto donde se emplazan las mezquitas, conocido por los hebreos como Monte del Templo, y donde los judíos observantes creen que se establecerá el tercer templo tras la llegada de su mesías. (EFE)
