En Michoacán fueron encontrados dos cadáveres sobre la misma autopista donde abandonaron a los 12 policías asesinados.
En Monterrey, en tanto, murieron seis presuntos sicarios que se enfrentaron a tiros con la policía.
Al menos 11 personas murieron en México en acciones atribuidas al crimen organizado y producidas en tres estados del país, entre ellos Michoacán, que vive sumido desde el pasado viernes en una ola de asesinatos.
En Michoacán, al oeste de México, fueron hallados los cadáveres de dos hombres sobre la autopista Siglo XXI, la misma sobre la que fueron abandonados los cuerpos de 12 agentes federales.
Los dos nuevos cuerpos hallados tenían huellas de haber sido torturados y heridas a bala, dijo una fuente oficial, que desconocía si estos hechos están relacionados con la matanza del lunes.
También en Michoacán, pero en el municipio de Zitácuaro, desconocidos incendiaron las oficinas de la comandancia de la Policía Federal y un estacionamiento policial donde son depositados automóviles incautados, sin que se reporten heridos.
Según versiones periodísticas, en la autopista Siglo XXI un autobús en el que viajaban 30 agentes federales fue atacado a tiros por un grupo de sicarios que hirieron a tres policías.
Estos ataques se han repetido desde el pasado viernes después de que agentes federales detuvieron en Morelia, capital de Michoacán, a Arnoldo Rueda, alias "La Minsa", quien era uno de los principales capos del cartel La Familia Michoacana.
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| Los forenses retiraron los cuerpos de cuatro presuntos sicarios que se enfrentaron con la policía. (Foto: EFE) |
Por otra parte, en la norteña ciudad de Monterrey, también afectada en los últimos meses por la violencia del crimen organizado, murieron seis presuntos sicarios que se enfrentaron a tiros con policías federales.
Los sicarios iniciaron la agresión que fue repelida por los agentes y en el lugar del tiroteo quedaron tirados en la calle los cadáveres de cuatro delincuentes, dos más dentro de una camioneta y un atacante más fue llevado herido a un hospital.
Uno de los cadáveres fue trasladado del lugar del enfrentamiento al servicio forense en medio de un aparatoso despliegue policial, y se cree que podría tratarse de un importante capo, porque en su cinturón llevaba escrito el apellido Beltrán.
Los hermanos Beltrán Leyva lideran un cartel que controla varias plazas del país y desarrolla una guerra contra otras bandas de narcotraficantes.
