Unos 100.000 funcionarios británicos de varios sectores votaron a favor de iniciar una huelga si el gobierno no atiende sus peticiones de mejoras salariales, de pensiones y en sus condiciones laborales, informó este jueves el sindicato de Servicios Públicos y Comerciales (PCS, en inglés).
El PCS, el mayor del sector, indicó en un comunicado que se alcanzó el mínimo legal de votos en 126 entidades públicas, que incluyen desde examinadores de conducción a guardias de fronteras o el personal de los centros de empleo.
El sindicato advirtió que a menos que reciba una "propuesta sustancial" por parte del Gobierno del primer ministro Rishi Sunak, el 18 de noviembre -el día después de la presentación de los presupuestos estatales- anunciará un programa de "huelgas sostenidas".
Los funcionarios piden un aumento salarial del 10%, acorde con la inflación, mejores pensiones y garantías contra el despido, en un momento en que el Ejecutivo trata de recortar el gasto público.
La posible huelga de funcionarios se sumaría a la que también prevé anunciar el sindicato de enfermería y las que ya llevan a cabo los trabajadores del transporte, todos en protesta por sus sueldos y el empeoramiento de sus condiciones, en plena crisis por el encarecimiento de la vida.
El secretario general del PCS, Mark Serwotka, instó al Gobierno a tomar nota del apoyo a la huelga y "darse cuenta de que no puede tratar a sus trabajadores con desprecio".
"Nuestros miembros se han pronunciado y si el Gobierno no los escucha no tendremos otra opción que lanzar un programa prolongado de huelgas que llegue a todos los rincones de la vida pública", afirmó.
Un portavoz gubernamental "lamentó" la decisión de los funcionarios y advirtió que se pondrán en marcha servicios públicos para minimizar su impacto. Aseguró no obstante que mantendrán "conversaciones periódicas" con los sindicatos y el personal.
