Este lunes Inglaterra amaneció un paso más cerca de la normalidad tras eliminar casi todas las medidas legales contra el covid-19, como el uso de mascarilla o el distanciamiento social, a pesar del auge de contagios de coronavirus.
La nueva ola de casos, que rondan los 50.000 diarios y alcanzarán como mínimo los 100.000, no impidió a los ingleses adherir al "Freedom day", esta nueva normalidad sin límites de aforo en interiores o al aire libre y con el ocio nocturno de vuelta tras 16 meses paralizado.
Centenares de personas en Londres hicieron largas filas para celebrar la reapertura de las discotecas con una cuenta atrás incluida, sin pruebas negativas, mascarillas, distancia social ni certificado de vacunación, que será obligatorio a partir de septiembre para asistir a eventos masivos.
El primer ministro británico, Boris Johnson, quien fue confinado por ser contacto estrecho del ministro de Salud, Sajid Javid, pidió "cautela" en la reapertura.
En una conferencia de prensa desde su aislamiento al noroeste de Londres, Johnson defendió el sistema de rastreo, fuente de polémica por el gran número de personas que se tuvieron que confinar en la última semana tras recibir un aviso de haber estado en contacto con algún contagiado.
Esas órdenes de aislamiento obligaron a cerrar parte del metro de Londres por falta de personal, afectando también al comercio minorista, la hotelería o la industria.
En algunos de esos sectores considerados críticos, los trabajadores quedarán eximidos de confinamiento por contacto positivo si cuentan con el esquema de vacunación completo, según anunció el primer ministro.
LA MASCARILLA SOBREVIVE A LA DESESCALADA
Aunque la mascarilla ya no es un requisito legal en espacios cerrados, las aerolíneas British Aiways o EasyJet, los supermercados Tesco o Sainsbury's y otras tiendas han anunciado que seguirán alentando a sus clientes a usarla en interiores.
También será obligatoria en el metro y en los buses de Londres como medida para inspirar confianza al 56% de los residentes en Inglaterra que, según una encuesta de YouGov, aseguran sentirse incómodos en el transporte público tras el fin de las restricciones.
Uno de los trabajadores del Prince Charles Cinema, Tim Fox, indicó a EFE que las salas seguirán recomendando el uso de mascarilla, esperando transmitir tranquilidad a quienes se sienten inseguros.
CIENTÍFICOS EN ALERTA
La Asociación Médica Británica (BMA) aseguró en un comunicado que mantener las restricciones es la mejor opción "para las personas y para la economía", una opinión que no comparte el Ejecutivo británico, que busca la reapertura aprovechando el verano, con las aulas vacías y la vida social transcurriendo en exteriores.
Sin embargo, científicos le han reprochado esta estrategia y han firmado una carta, publicada en "The Lancet", en la que alertan de que poner punto final a la desescalada en plena ola de contagios es un "experimento peligroso y poco ético".
Según expertos, el Reino Unido podría alcanzar en pocas semanas unos 200.000 casos y mil ingresos al día, aunque los fallecimientos no incrementarían al mismo ritmo.
