Metro de Moscú vuelve a la normalidad tras atentados suicidas
Usuarios del tren subterráneo disminuyeron seis por ciento en el inicio de la semana.
Autoridades decidieron multiplicar la presencia de policías en las estaciones.
Usuarios del tren subterráneo disminuyeron seis por ciento en el inicio de la semana.
Autoridades decidieron multiplicar la presencia de policías en las estaciones.
El metro de Moscú, el más utilizado del mundo y uno de los principales destinos turísticos de la capital rusa, recupera poco a poco el frenesí que le caracteriza tras los brutales atentados suicidas del lunes de esta semana.
"No tenemos miedo. Hoy, el metro debe ser el lugar más seguro de Moscú. Mire cuántos policías", señaló a EFE Jesús, ingeniero mexicano, al tiempo que revisaba detenidamente el mapa del laberíntico subterráneo moscovita.
Aunque no era la primera vez que el terrorismo golpeaba el metro de la capital rusa, la brutalidad del doble atentado del lunes, en las estaciones de Lubyanka y Park Kultury, conmocionó a los moscovitas.
Tras el doble atentado, las autoridades municipales decidieron multiplicar la presencia de efectivos de la policía y el ministerio del Interior en los vestíbulos y corredores del metro.
Según cifras oficiales, el número de usuarios del metro cayó un seis por ciento en los primeros dos días de la semana, pero a partir del jueves los moscovitas volvieron a acudir en masa al trabajo en ese medio de locomoción.
Con motivo de la Pascua, la administración del metro decidió prolongar los servicios de subterráneo desde la 01:00 hasta las 02:00 de la mañana para que los moscovitas puedan acudir a las iglesias y cementerios, y regresar a tiempo a sus casas.
El metro de Moscú es una auténtica ciudad subterránea donde el viajero puede desplazarse, comprar la prensa, comer y beber, adquirir entradas para el teatro o el ballet, e incluso hacerse con un diploma universitario por un módico precio en el mercado negro.
Las autoridades municipales presumen de que el metro de Moscú -178 estaciones y casi 300 kilómetros de largo- es el más utilizado del mundo con más de nueve millones de usuarios, por delante del subterráneo de Tokio.