En la Misa de Nochebuena, Benedicto XVI acusó relegación de Dios "al último lugar"
El Sumo Pontífice sufrió una caída cuando entraba a la Basílica de San Pedro.
Tras el incidente, expresó sin mayores contratiempos su mensaje.
El Sumo Pontífice sufrió una caída cuando entraba a la Basílica de San Pedro.
Tras el incidente, expresó sin mayores contratiempos su mensaje.
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| El Papa identificó el origen de los conflictos del mundo en la primacía del egoísmo. (Foto: EFE) |
"Vivimos en filosofías, en negocios y ocupaciones que nos llenan totalmente y desde las cuales el camino hasta el pesebre es muy largo. Dios debe impulsarnos continuamente y de muchos modos, y darnos una mano para que podamos salir del enredo de nuestros pensamientos y de nuestros compromisos, y así encontrar el camino hacia El", dijo la autoridad religiosa.
La Misa del Gallo se adelantó este año a las diez de la noche local (18:00 horas chilenas) para evitar fatigas al Papa, que tiene casi 83 años, y que este viernes mañana volverá de nuevo a la Basílica de San Pedro para pronunciar el Mensaje de Navidad e impartir la bendición "Urbi et Orbi", a la ciudad de Roma y a todo el mundo.
La ceremonia comenzó con un imprevisto: Benedicto XVI se cayó y se levantó inmediatamente cuando se dirigía en procesión hacia el Altar Mayor, debido al desorden desatado cuando una joven, vestida de rojo, intentó saltar una valla del interior del templo para alcanzarle.
Un asunto de prioridades
En una basílica abarrotada de fieles, Ratzinger consideró que el Nacimiento de Cristo no puede dejar a nadie indiferente. Recordó que al enterarse de su venida, los pastores fueron hacia el Portal de Belén corriendo, ya que "no había otra cosa que pudiera tener mayor importancia".
"En nuestra vida las cosas no son así. La mayoría de los hombres no considera una prioridad las cosas de Dios, no les acucian de modo inmediato. Se hace ante todo lo que aquí y ahora parece urgente y en la lista de prioridades, Dios se encuentra frecuentemente casi en último lugar", denunció el Papa.
El Obispo de Roma subrayó que el Evangelio dice que Dios tiene la máxima prioridad y que "si algo en nuestra vida merece premura sin tardanza, es solamente la causa de Dios".
En este sentido, el Papa exhortó a los hombres a "despertar" para que les llegue el mensaje de Cristo y denunció que los conflictos en el mundo y la imposibilidad de conciliación recíproca son consecuencia de estar encerrados en nuestros propios intereses, del egoísmo.