Papa Francisco: "En Navidad, ¿comparto mi pan con el que no lo tiene?"

Publicado:
Autor: Cooperativa.cl

En su homilía de Misa del Gallo, el pontífice clamó contra la "insaciable codicia humana".

"Unos pocos celebran banquetes espléndidamente y muchos no tienen pan para vivir", afirmó.

Papa Francisco:
 EFE

"El cuerpecito del Niño de Belén propone un modelo de vida nuevo: no devorar y acaparar, sino compartir y dar", reflexionó el líder católico.

Llévatelo:

El papa Francisco clamó esta Navidad contra una humanidad "voraz" y "ávida", cuya situación contrastó con la de quienes no tienen para comer.

Francisco celebró en la basílica de San Pedro la sexta misa del Gallo de su pontificado y, en su homilía, reflexionó sobre el significado de la palabra Belén que, recordó, quiere decir "casa del pan".

"En esta casa el Señor convoca hoy a la humanidad. Él sabe que necesitamos alimentarnos para vivir. Pero sabe también que los alimentos del mundo no sacian el corazón", inició su homilía, donde lamentó que "el hombre se convierte en ávido y voraz" y que "parece que el tener, el acumular cosas, es para muchos el sentido de la vida".

"Una insaciable codicia atraviesa la historia humana, hasta las paradojas de hoy, cuando unos pocos celebran banquetes espléndidamente y muchos no tienen pan para vivir", dijo Jorge Bergoglio, y agregó que "Belén es el punto de inflexión para cambiar el curso de la historia".

Imagen foto_00000003
Francisco celebró en la basílica de San Pedro la sexta misa del Gallo de su pontificado. (Foto: EFE)

La solemne ceremonia, que desde hace varios años se celebra a las 21:30 hora italiana (17:30 hora chilena) y no a medianoche, comenzó con el anuncio del nacimiento de Jesús con la lectura del antiguo texto de las "Kalendas".

"El cuerpecito del Niño de Belén propone un modelo de vida nuevo: no devorar y acaparar, sino compartir y dar. Dios se hace pequeño para ser nuestro alimento. Nutriéndonos de él, Pan de Vida, podemos renacer en el amor y romper la espiral de la avidez y la codicia", señaló.

Significativas fueron las ofrendas de flores que llevaron en la procesión de inicio niños de entre seis y nueve años, procedentes de Italia, China, República Democrática del Congo, Rumania, Panamá y Japón.

Ante el pesebre, agregó Francisco, "comprendemos que lo que alimenta la vida no son los bienes, sino el amor; no es la voracidad, sino la caridad; no es la abundancia ostentosa, sino la sencillez que se ha de preservar".

Según Francisco, "Jesús cambia el corazón" para dejar de ser "hambriento y egoísta"..

"¿Necesito verdaderamente tantas cosas, tantas recetas complicadas para vivir? ¿Soy capaz de prescindir de tantos complementos superfluos, para elegir una vida más sencilla?", preguntó Francisco en esta noche de la vigilia de Navidad.

"Los barrancos de la mundanidad y del consumismo"

De nuevo el papa hizo referencia a la cena de esta Nochebuena para -con una metáfora- asegurar que "Jesús es el Pan del camino y no le gustan las digestiones pesadas, largas y sedentarias". Por eso, "nos pide levantarnos rápidamente de la mesa para servir, como panes partidos por los demás", añadió.

"En Navidad, ¿parto mi pan con el que no lo tiene?", dijo, y continuó su homilía explicando que los pastores esperaron despiertos el nacimiento de Jesús y que "esto vale también para nosotros" pero que "al Señor le gusta que lo esperen y no es posible esperarlo en el sofá, durmiendo".

Imagen foto_00000002
"¿Necesito tantas cosas? ¿Soy capaz de prescindir de tantos complementos superfluos", cuestionó el papa. (Foto: EFE)

Al igual que el camino que recorrieron los pastores, añadió Francisco, "también hoy, (el camino) es en subida y se debe superar la cima del egoísmo", de modo que "es necesario no resbalar en los barrancos de la mundanidad y del consumismo".

Los actos de Navidad continuarán mañana cuando Jorge Bergoglio volverá a asomarse al balcón de la Logia central de la basílica de San Pedro del Vaticano, igual que cuando fue elegido papa, para leer su mensaje de Navidad e impartir la tradicional bendición "Urbi et Orbi" (a la ciudad y al mundo).

Concluida la misa, las miles de personas que acudieron a la basílica pudieron contemplar en el centro de la plaza de San Pedro el Nacimiento levantado delante del obelisco que en esta ocasión ha sido realizado con arena de playa.

LEER ARTICULO COMPLETO

Suscríbete a nuestro newsletter