Un aparato procedente de Belgrado fue obligado a aterrizar por cazas F-16 del Ejército italiano, tras lo cual fue registrado para comprobar que no llevaba explosivos.
El avión al que cazas del Ejército italiano obligaron este viernes a aterrizar, tras el funeral del Papa Juan Pablo II, no llevaba explosivo alguno y se trataba de un pequeño aparato privado, según fuentes militares.
La detección de un avión no controlado suscitó la alarma del Ejército del Aire italiano, mientras desde los aeropuertos romanos de Fiumicino y Ciampino se producía el despegue continuado de aparatos con personalidades que asistieron a las exequias del Pontífice.
Las fuentes señalaron que los servicios de inteligencia habían creído detectar que en el aparato había un explosivo, aunque no precisaron el origen ni el fundamento de esa sospecha.
Dos cazas F-16 italianos obligaron a aterrizar en la instalación militar de Pratica di Mare (cercanías de Roma) al avión y allí se comprobó que era un "Learjet 131", un tipo de reactor de pequeño tamaño, que procedía de Belgrado y se dirigía a Ciampino.
Las fuentes no dieron detalles acerca de quiénes estaban en el aparato, salvo que no vieron nada peligroso, por lo que el avión podrá continuar hasta el aeropuerto de Ciampino, declaró el jefe de Estado Mayor del Ejército del Aire, Leonardo Tricarico.
El funeral por el Papa, que congregó en el Vaticano a personalidades de todo el mundo, había obligado a las autoridades italianas a elaborar un gran dispositivo de seguridad, que incluía la prohibición de sobrevolar Roma en un amplio radio durante las horas de las exequias y las posteriores, hasta la salida de los líderes mundiales.
Un avión radar "Awacs" de la OTAN controló el cielo romano y cazas del Ejército estaban dispuestos para despegar y neutralizar cualquier aparato no autorizado, como fue el caso.
