Juan Pablo II fue aplaudido por feligreses que estaban en el patio del centro hospitalario y por los que se congregaron en la Plaza de San Pedro para ver la oración en pantallas gigantes.
El Papa se asomó este domingo durante 10 minutos a la ventana de su habitación en el Policlínico Gemelli de Roma, donde está hospitalizado, e impartió la bendición apostólica al término del rezo dominical del Angelus.
Juan Pablo II, quien estaba sentado y protegido por un cristal, pronunció las palabras rituales de la bendición con la que finalizó el rezo de Angelus, realizado cargo del sustituto de la Secretaría de Estado ("número tres" del Vaticano), el arzobispo argentino Leonardo Sandri.
El anciano Pontífice, internado desde hace cinco días por un problema respiratorio agudo, permaneció aún en la ventana, mientras le aplaudían centenares de fieles congregados en el patio del Gemelli.
Esos mismos aplausos se repitieron en la Plaza de San Pedro del Vaticano, donde miles de personas se reunieron delante de dos pantallas gigantes, convocados por la Conferencia Episcopal italiana.
El arzobispo Leonardo Sandri dio las gracias, en nombre de Juan Pablo II, a todos "los que desde cualquier parte de la Tierra" se interesan estos días por su estado de salud y a los médicos, enfermeras y personal sanitario que le asiste.
En el discurso previo al rezo del Angelus, el Vaticano hizo una nueva condena del aborto y una defensa de la adopción en el contexto de la "Jornada por la vida" que celebran este domingo los obispos italianos.
"Hay que fiarse de la vida -dijo Sandri en nombre del Papa-, lo reclaman silenciosamente los niños aún no nacidos y los que se han quedado sin familia y tienen necesidad de encontrar una casa que les acoja mediante la adopción".
Esta aparición de la máxima autoridad católica para el rezo dominical da cuenta de la mejoría experimentada en los últimos días de la laringotraqueítis aguda que obligó a su hospitalización en la noche del martes 1 de febrero.
Fuentes sanitarias reiteraron este domingo que su recuperación es paulatina, aunque se mantienen todas las cautelas para evitar una recaída.
Los médicos siguen administrándole tratamiento y el lunes 7 volverán a hacer público un parte sobre su estado general de salud.
Por el momento se decidió restringir las visitas, para que su descanso sea completo, dada su fragilidad y los diversos problemas que padece, a partir de la enfermedad de Parkinson. (EFE)
