Sacerdote dominico espió a Juan Pablo II antes de ser Papa
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Autor: Cooperativa.cl
El religioso Konrad Stanislaw Hejmo colaboró con la policía secreta polaca cuando Karol Wojtyla fue arzobispo de Cracovia.
El religioso Konrad Stanislaw Hejmo colaboró con la policía secreta polaca cuando Karol Wojtyla fue arzobispo de Cracovia.
El presidente del Instituto polaco de la Memoria Nacional, Leon Kieres, informó este miércoles de que, según documentos descubiertos en sus archivos, el sacerdote dominico Konrad Stanislaw Hejmo colaboró con la policía secreta comunista y espió a Karol Wojtyla durante su ministerio como arzobispo de Cracovia (1963-78).
"El estudio realizado de los documentos relativos a la vigilancia de la Iglesia Católica por parte de los servicios secretos comunistas, ha permitido establecer que, el sacerdote Hejmo, que tenía los seudónimos 'Hejnal' y 'Dominik', fue colaborador de la seguridad comunista", añadió Kieres.
Según los documentos, el padre Hejmo, que reside desde hace años en el Vaticano y últimamente se ocupaba de las excursiones de fieles polacos que visitaban la Santa Sede, espió a Wojtyla en los años de su ministerio como arzobispo y después cardenal de Cracovia, entre 1963 y 1978, cuando fue elegido Papa.
El provincial de los dominicos polacos, Maciej Zieba declaró que vio las actas del sacerdote Hejmo y que los documentos que contienen son convincentes.
"No cabe la menor posibilidad de que los documentos señalados hayan podido ser falsificados", declaró por su parte Kieres quien anunció que el Instituto que preside publicará en mayo un informe detallado sobre el caso.
Ultimamente, Hejmo se hizo popular en Polonia porque fue uno de los sacerdotes más contactados por las televisiones y emisoras de radio polacas en sus conexiones con el Vaticano antes y después de la muerte de Juan Pablo II, el pasado 2 de abril.
Recientemente se conoció que la policía política comunista vigiló a Karol Wojtyla desde 1946 hasta que fue elegido Papa.
Ex agentes de la policía secreta comunista informaron, por su parte, que dentro de la Iglesia el régimen contaba con muchos confidentes y colaboradores, entre ellos alrededor de un 20 por ciento de los obispos. (EFE.)
