Nadie logró los 77 votos necesarios para convertirse en el sucesor de Juan Pablo II durante las dos nuevas votaciones llevadas a cabo este martes en la Capilla Sixtina.
El segundo intento de este martes de los 115 cardenales encargados de elegir al sucesor de Juan Pablo II nuevamente no arrojó resultados positivos, lo que quedó en evidencia a las 11:55 horas local (09:55 GMT; 05:55 en Chile) al salir humo negro desde la chimenea de la Capilla Sixtina.
La señal indicó que ninguno de los cardenales logró reunir los dos tercios de los votos (77 sufragios) necesarios para alzarse como sucesor de Pedro, y por ello las campanas del Vaticano deberán aguardar las próximas votaciones para repicar por el nuevo Pontífice.
Los cardenales procederán a una tercera votación durante este martes y de no haber resultados positivos repetirán la operación por cuarta vez en la jornada. El resultado de el o los sufragios se conocerán cerca de las 19:00 horas (17:00 GMT; 13:00 en Chile) a través del humo que salga desde la chimenea de la Capilla Sixtina.
Al igual que el lunes 18 de abril, en el primer día de cónclave, cientos de fieles y curiosos se congregaron en la plaza de San Pedro, a la espera de ver en directo la deseada "fumata blanca", la que anuncia al mundo que los más de 1.000 millones de católicos tienen un nuevo líder espiritual.
El humo negro salió por la chimenea durante un largo rato, al igual que el lunes pasado, para que no quedasen dudas de que era de ese color.
Dicha señal indica que ninguno de los votados logró los dos tercios de los sufragios, como contempla la normativa vaticana para ser elegido Papa en una primera etapa.
Si transcurriesen tres días de escrutinios sin resultados positivos, se suspenderá el proceso durante una jornada para que los cardenales oren y debatan. Después, se celebrarán otros siete escrutinios y se descansará otro día. Este ciclo de siete votaciones podría repetirse hasta dos veces.
Si aún así los cardenales no han alcanzado el consenso podrán, o bien seguir votando sobre la base de la mayoría de dos tercios, o bien decidir, por mayoría absoluta, cambiar el sistema de voto.
En el último de los casos se presentarán dos opciones: nombrar al Papa por mayoría absoluta de los electores presentes en el Cónclave o elegirlo, también por mayoría absoluta, entre los dos candidatos más votados.
