Durante su tradicional aparición ante la concurrencia de la Plaza San Pedro, Juan Pablo II habló en italiano y además en eslovaco, lo que demostró que a la mejoría de su salud física, posee salud mental.
El Papa Juan Pablo II, al parecer en buenas condiciones de salud, pronunció su discurso dominical a los fieles congregados en la Plaza de San Pedro, a 10 días de haber sido dado de alta del hospital Gemelli de Roma.
El Pontífice, de 84 años, fue recibido con calurosos aplausos por varios miles de personas congregadas en San Pedro cuando se asomó a la ventana de su apartamento en el Palacio Apostólico, desde donde pronunció el tradicional mensaje dirigido a los fieles antes del rezo del Angelus.
Fue la segunda vez que el Papa participó en el discurso dominical desde que salió del Policlínico, pero a diferencia de la semana pasada, cuando encargó la lectura del texto a un colaborador, Juan Pablo II lo recitó este domingo de forma íntegra, con voz algo ronca pero bastante clara, y dejó claro que sigue "al servicio de la unidad de la Iglesia".
"Siento particularmente viva en el ánimo la invitación de Jesús" a cuidar de la Iglesia "cuando contemplo el misterio eucarístico", aseguró.
El Papa sólo tuvo que interrumpir la lectura en una ocasión para toser, aunque la retomó tras una pequeña pausa para rezar "por todo el Pueblo de Dios en el camino de la Cuaresma hacia la Pascua".
Además de en italiano, el Obispo de Roma saludó en eslovaco a un grupo de peregrinos procedentes de las ciudades eslovenas de Murska Sabota y Stranice.
Al final, deseó a los fieles un feliz domingo y levantó la mano derecha para bendecirlos. La multitud estalló en ovaciones.
La aparición del Papa para el rezo del Angelus se esperaba con cierta expectación para comprobar su salud, que, aun debilitada -hace años que padece Parkinson-, presentaba una evidente mejoría con respecto a la semana pasada. (Agencias)
