Sacerdote jesuita criticó constante tendencia a "la pillería y la trampa".
Sostuvo que ambos casos comparten "la codicia, el deseo de tener más a costa de cualquier cosa".
El religioso radicado en Antofagasta se mostró preocupado principalmente por la "actitud del país".
El sacerdote jesuíta Felipe Berrios criticó que las recientes polémicas que afectan a la política como el caso Penta o la renuncia de Sebastián Dávalos a su cargo en el Gobierno, se deben a que en ambos coincide la codicia y el deseo de tener más, a toda costa.
El religioso radicado en el campamento Luz Divina de Antofagasta, indicó en entrevista con La Tercera que le preocupa la actitud del país, la constante tendencia a la trampa y la pillería, además de la persistencia de la desigualdad y los caminos erráticos para disminuirla.
"Desde que volví me ha llamado la atención una sensación de abuso, de que abusan de ti, que se parece percibir a todo nivel: Las farmacias, las multitiendas, los negocios y creo que la máxima expresión son los casos Penta y Dávalos", sostuvo el sacerdote que pasó cuatro años trabajando con los refugiados en África.
"Hay una codicia tremenda que atraviesa a la sociedad chilena. Las cosas se hacen con pillería, con trampa. Se usan influjos, contactos, para ganar la mayor cantidad de plata en poco tiempo. No importa si daño a la confianza pública, a las instituciones o a particulares", dijo en alusión a los mencionados casos Penta y Dávalos.
Según Felipe Berríos, "los casos de Penta y Dávalos tienen algo en común: la codicia, el deseo de tener más a costa de cualquier cosa, más allá de que sea legal, ilegal o un descuido, como dicen ahora".
Aunque aclara que "todos tenemos nuestro Penta chiquitito, cuando no pedimos la boleta para pagar menos, cuando no le hacemos contrato a la señora que nos hace el aseo", el jesuíta sostiene que es "la actitud del país lo que a mí más me preocupa".
Ezzati, Messi y el AVP
Sobre la relación de Chile con la Iglesia Católica, Berríos es categórico: "yo creo que el Estado chileno tiene que ser un Estado Laico, y laico no significa antirreligioso, sino al contrario. Es un estado donde se desechan los banalismos y se pueden expresar más libremente las personas".
Por eso aunque no se refiere al aborto pero ve con buenos ojos el AVP, marca sus diferencias con la alta esfera eclesiástica nacional.
"Él es el jefe (Ricardo Ezzati) y hay cosas que son opinables. Tiene todo el derecho de no estar de acuerdo con mi opinión, como a lo mejor yo no estoy de acuerdo con otras opiniones. Pero no somos cabros chicos, hay un derecho canónico, deberes y derechos", respondió al matutino desentendiéndose de las acusaciones en su contra ante El Vaticano.
Entre los caminos para construir un mejor país, Felipe Berríos asegura que le gustan "los cambios que se le hicieron a la Casen, y la tendencia es que en Chile disminuye la pobreza, pero aún tenemos mucha desigualdad".
Una de las formas de terminar con este desequilibrio apunta a la educación, donde el religioso tiene clara su postura.
"Mira, ¿queremos que nuestro héroe nacional siga siendo Arturo Prat, que no ganó el combate, pero murió dando la vida por otros, o que sea Messi, porque gana millones?, hay mucho por hacer, discutir y mejorar", señala.
Para Berríos, se debe poner atención más allá de preparar para la PSU, ya que "muchos colegios son una correa transportadora de fruta, donde tiran lo malo a un lado y lo mejor -de lo que alguien dijo que era lo mejor- lo dejan. Eso hay que erradicarlo. Por eso yo la apoyo 100 por ciento (la reforma educacional). Necesitamos con urgencia un Chile más humano", concluyó.
