Rodrigo Javier Vega Painelahuén cumplirá en el prisión de Villarrica su pena por el homicidio de la basquetbolista, sin la posibilidad de acceder a beneficios carcelarios.
El Tribunal Oral en lo Penal de Villarrica condenó a ocho años de prisión, sin beneficios, a Rodrigo Javier Vega Painelahuén, de 32 años, por el asesinato a golpes de Ismenia Pauchard, la mayor estrella en la historia del baloncesto femenino chileno.
La decisión fue dada a conocer luego de una hora de audiencia por las juezas Sandra Rosas, Ximena Saldivia y Viviana Cárdenas, quienes entregaron los antecedentes que les permitieron determinar la culpabilidad del sujeto en el hecho.
Las magistradas reconocieron como atenuantes la irreprochable conducta anterior y la colaboración en el esclarecimiento del homicidio por parte de Rodrigo Vega, quien deberá continuar en la cárcel de Villarrica cumpliendo la condena impuesta por el tribunal.
El juicio se inició el pasado martes 11 de octubre y concluyó dos días después, y durante la primera jornada el imputado pidió disculpas por el crimen a los familiares de la víctima, que se encontraban presentes en la audiencia, al igual como ocurrió este miércoles.
El sentenciado confesó haber dado muerte a Pauchard después que ella, que tenía 72 años en el momento de su muerte, descubriera que había robado diversas especies de su casa.
El homicida, tras matar a Pauchard golpeándola con los puños y con un tubo, ocultó el cuerpo entre unos matorrales, donde fue encontrado nueve días después del crimen.
Durante dieciocho años, desde 1954 a 1972, Ismenia Pauchard lideró y fue la máxima anotadora de la selección chilena de baloncesto, que en ese período obtuvo tres títulos sudamericanos, un subtítulo panamericano y participó en dos mundiales.
A nivel local, ganó dieciséis campeonatos con la camiseta del Colo Colo y, como entrenadora, otros cuatro con el "Thomas Bata".
Los antiguos cronistas la recuerdan como una de las primeras jugadoras chilenas que lanzó al cesto con salto y retención y que lo hacía "con gran naturalidad".
En 1972, cuando finalizaba su carrera activa, el escritor Patricio Manns le dedicó una semblanza que decía: "No sé por qué (Pablo) Neruda no ha escrito para ella un poema. Quizás no imagina lo que es contemplar a la abeja reina en acción".
Tras retirarse del baloncesto, en 1972, Ismenia Pauchard se fue a vivir sola en la pequeña localidad de Caburgua, a orillas del lago del mismo nombre, a unos 800 kilómetros de Santiago, en la región de la Araucanía. (EFE)
