Tomás Casella, Wellington Sarli y Eduardo Radaelli, encausados por el crimen de Eugenio Berríos, son acompañados por funcionarios de la cancillería de su país y de oficiales de la Interpol.
Alrededor de las 10:00 horas de Chile llegarán al país los tres uniformados uruguayos extraditados por el crimen del químico Eugenio Berríos, ex agente de la Dirección de Inteligencia Nacional (DINA).
El coronel en retiro Tomás Casella y los coroneles -en servicio- Wellington Sarli y Eduardo Radaelli debían partir a las 07:00 horas de Chile, a bordo de un avión "Hércules", desde el Aeropuerto de Carrasco en Montevideo.
Los procesados en ausencia por la Justicia chilena estaban detenidos en el Instituto Militar de las Armas y Especialidades (IMAE), y ahora son acompañados por representantes de la cancillería de su país, así como oficiales de la Policía Internacional (Interpol).
Según fuentes judiciales, a su llegada al país, Casella, Sarli y Radaelli no comparecerán ante el ministro en visita Alejandro Madrid, sino que serán revisados por médicos de Interpol.
En tanto, Madrid también debe determinar dónde serán recluidos, y aunque originalmente se habló de Punta Peuco o el Penal Cordillera -las dos cárceles construidas para militares (r) condenados por casos de violaciones a los derechos humanos-, en tribunales hay otra versión.
Casella sería trasladado a la Academia de Gendarmería, mientras que Sarli y Radaelli podrían quedar arrestados en el Haras Nacional, del Regimiento Granaderos, o en dependencias militares de Lo Aguirre, donde el Ejército custodia instalaciones de la Comisión Chilena de Energía Nuclear.
Los tres militares fueron enjuiciados en ausencia por los delitos de asociación ilícita y secuestro, a raíz de la colaboración que prestaron a ex agentes de seguridad chilenos, quienes en 1991 sacaron del país a Berríos, para evitar que el ex químico de la DINA declarara en varias causas por violaciones a los derechos humanos cometidas bajo la dictadura de Augusto Pinochet.
La última noticia que se tuvo del químico fue en 1992, cuando se acercó a una comisaría uruguaya denunciando que lo tenían secuestrado. Luego, en abril de 1995, su cadáver fue hallado en una playa del Río de la Plata, 30 kilómetros al oeste de Montevideo. (Cooperativa.cl)
