En 1995, una avioneta de la FACh se estrelló en la zona cobrando la vida de su piloto.
Nuevas diligencias permitieron recobrar parte del fuselaje y algunos restos óseos.
Después de 14 años, la Brigada de Homicidios de la Policía de Investigaciones (PDI) de Puerto Montt logró recuperar los restos óseos de un piloto de la Fuerza Aérea que se estrelló en la zona en 1995, y parte del fuselaje de la nave.
El 10 de febrero de 1995, una avioneta T35-Pillán, de fabricación chilena, se precipitó a tierra en el sector de Pargua Alto, a unos 45 kilómetros al sur de Puerto Montt, presuntamente por desperfectos mecánicos.
A pesar de los peritajes realizados en esa época con helicópteros de la FACh y personal especializado en el sector del predio La Mesa, quedaron en la zona fuselaje y restos óseos, que pobladores del sector enterraron y construyeron una pequeña animita conmemorativa.
Los nuevos peritajes se generaron gracias a la insistencia de la madre del piloto, que generaron que el fiscal de Aviación y comandante de la FACh Francisco Roquel pidiera a la PDI y a personal del Servicio Médico Legal ayuda para las diligencias.
En éstas, se recuperaron trozos de la aeronave y restos óseos, presumiblemente del piloto de la nave, Marcial Izarnotegui, de 22 años, cuya identidad deberá ser corroborada por el laboratorio de criminalística de la policía civil.
Roquel declinó referirse a las diligencias y prohibió terminantemente informar de éstas.
