Salmoneros en alerta en Chiloé: 140 toneladas de salmones muertos por microalgas nocivas

Publicado:
| Periodista Digital:Pablo Barría Lagos, Cooperativa

Los peces pertenecen a la empresa Camanchaca en la isla y hasta ahora es el único centro afectado.

Mortalidad fue retirada y se llevó a planta reductora para hacer harina de pescado.

Salmoneros en alerta en Chiloé: 140 toneladas de salmones muertos por microalgas nocivas
 Archivo Cooperativa

La microalga elimina el oxigeno del agua y mata a los salmones en cautiverio

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Un "bloom" de microalgas atacó el centro de cultivo Pilpilehue, cerca de Castro, en la Isla de Chiloé, cuyo propietario es la empresa Camanchaca, fenómeno que ocasionó la muerte de 62.500 peces, lo que involucró un peso total de 140 toneladas de salmones muertos en un suceso acaecido en las últimas horas.

Fue la propia empresa Camanchaca la que notificó el hecho a Sernapesca, quienes dijeron a través de un informe que "debido a la presencia de altas concentraciones de la microalga pseudochattonella, detectada en la superficie, la compañía activó su plan de acción ante mortalidades masivas".

El director regional de Sernapesca, Eduardo Aguilera, confirmó que personal de la dirección regional del servicio se constituyó de inmediato en el centro de cultivo: "Hemos constatado que la mortalidad está siendo retirada de acuerdo con la logística disponible hacia una planta reductora".

En el sector hay varios centros de cultivo, dijo Aguilera, agregando que "los otros centros no han presentado mortalidad, este es el único que lo ha hecho. Junto con el aumento de la microalga se detectó una disminución en el oxigeno del agua".

El hecho se informó al comité regional interinstitucional de contingencias ambientales, mientras que el ente fiscalizador subrayó que "se encuentra evaluando la evolución del fenómeno y continuará monitoreando la condición, el retiro y disposición de la mortalidad desde el centro afectado".

Hay que recordar que un fenómeno de similares características golpeó a la industria el 2016, oportunidad en la que fueron 40.000 las toneladas de salmones muertos.

De esa cantidad, 9.000 toneladas fueron arrojadas al mar, lo que fue cuestionado por organismos ecologistas y por la sociedad misma.

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