Precipitaciones se dejaron caer de forma intensa durante dos horas el pasado domingo.
En Talcahuano las casas se inundaron y se debió repartir de nuevo ropa de cama.
Tras las primeras precipitaciones que se registraron este domingo en la región del Biobío, que se extendieron por unas dos horas, se evidenciaron las necesidades de las más de 2.000 familias que siguen en carpas o campamentos tras el terremoto.
Si bien las lluvias no fueron tan intensas como se habría esperado en Talcahuano, su alcalde Gastón Saavedra reconoció que los campamentos en Tumbes, en el sector Los Cerros, Las Salinas y Caleta el Morro fueron los más afectados por ellas.
"Las personas se inundaron, sus ropas de cama, sus colchones, estos se mojaron y además obviamente la humedad de los cerros y el agua misma causó los estragos", relató Saavedra, cuyo municipio entregó nuevos elementos de cama.
En Lota y Coronel, las 300 familias damnificadas también sufrieron los estragos del agua: su alcalde Leonidas Romero dijo que "tenemos dispuestos los colegios, los jardines infantiles, las juntas de vecinos, las iglesias para recibir a las personas que el invierno o la lluvia que se nos viene afecte sus carpas".
Ante la emergencia, los jefes comunales reconocieron la necesidad de la pronta construcción de mediaguas antes que llegue el invierno y las bajas temperaturas, que podrían llegar a los 2 grados para esta jornada.
