Los atacantes también secuestraron siete feligreses, pero fueron rescatados más tarde por fuerzas de seguridad comunitarias, identificadas como So-Safe Corps.
“Uno de los secuestradores murió y muchos de los sospechosos sufrieron heridas graves durante el tiroteo”, informó el comandante del grupo paramilitar de vigilancia.
Los invasores incendiaron viviendas en la aldea de Iye, en el área del gobierno local de Guma, en el centro del país africano.
En años recientes se han registrado casos de violencia entre agricultores locales -cristianos- y pastores fulani -de origen musulmán- por la escasez de tierra y recursos.
Los raptados, entre ellos menores de edad, fueron a un bosque de la aldea de Wanzami buscando leña para cocinar, aseguró el secretario la Coalición de la Sociedad Civil de Zamfara.
Las versiones de la policía difieren en la cantidad de involucrados en el hecho.
Ali Ngulde, el comandante del grupo terrorista, ordenó degollar a las mujeres, asegurando que tenían responsabilidad en la muerte de sus hijos.
Boko Haram y el Estado Islámico han asesinado a más de 35 mil personas en la zona.
"Asaltaron las comunidades, un mercado, y mataron a tiros a las víctimas: algunas eran mujeres y niños", detallaron desde el Comité para la Defensa de los DDHH.
Se afirmó también que la masacre "no fue provocada".
El Ejército aseguró que tuvo éxito en esos rescates gracias a una intensa campaña militar contra Boko Haram que ha conseguido "eliminar" a algunos de sus líderes y combatientes.
Para el analista de seguridad Isaac Olawale, tras la muerte del líder de Boko Haram "las niñas simplemente intentan correr hacia un lugar seguro y están siendo encontradas".
Después de la confesión de los acusados el magistrado decidió imponer esa pena a los tres hombres de 20, 30 y 70 años de edad.
La homosexualidad está perseguida en Nigeria, se considera un delito que conlleva penas de prisión de hasta 14 años en las zonas menos extremas.
Hombres armados no identificados, disfrazados de miembros de la congregación, dispararon y usaron explosivos en el templo el último domingo.
"Pase lo que pase, este país nunca se rendirá ante la gente malvada, y la oscuridad nunca vencerá a la luz", advirtió el presidente Muhammadu Buhari, que condenó la masacre.
El hecho se dio tras la irrupción de un gran numero de personas al lugar, que prometió dar artículos de regalo y comida a feligreses.
"La multitud afuera se volvió abrumadora y la gente forzó la puerta para que se abriera, lo que provocó una oleada de personas. Muchos murieron", detalló un testigo.
Las autoridades informaron que "23 personas han sido rescatadas con vida, incluyendo siete niños y 16 adultos", mientras los muertos incluyen cinco hombres y tres mujeres.
Un grupo de "bandidos" asoló varias localidades del estado de Zamfara.
"Tras un duro enfrentamiento con los agentes de guardia, los invasores consiguieron entrar en el patio, utilizando dinamita para volar el muro", informaron las autoridades.
El país ha sufrido varios ataques similares a centros penitenciarios en el último tiempo.
Esto tras acusar censura contra su presidente Muhammadu Buhari.
Twitter explicó que el tuit del mandatario violaba sus normas, que prohíben contenido que incite o promueva violencia.
La muerte fue confirmada por el grupo yihadista Estado Islámico de la Provincia de África Occidental.
