Científicos descubrieron circunstancias de aparición y localización de los diamantes
Sostuvieron que su presencia depende de las llamadas plumas del manto terrestre.
Estas columnas controlan la distribución de las rocas conocidas como kimberlitas.
Sostuvieron que su presencia depende de las llamadas plumas del manto terrestre.
Estas columnas controlan la distribución de las rocas conocidas como kimberlitas.
Un grupo de científicos de la Universidad de Oslo descubrió que la localización de los diamantes depende de las llamadas plumas del manto terrestre, estrechas columnas por las que ascienden los materiales fundidos del interior del planeta.
Las
plumas del manto de las profundidades de la superficie terrestre controlan la distribución de las rocas volcánicas portadoras de diamantes conocidas como kimberlitas, según el estudio publicado esta semana en la revista Nature.
Estas plumas, que se originan en la base del manto terrestre, son responsables de la distribución de prácticamente todas las kimberlitas que llegaron a la superficie a través de una erupción -distinta a la que se produce en los volcanes- en los últimos 540 millones de años.
Los diamantes se forman en condiciones de alta presión a más de 150 kilómetros de profundidad del manto terrestre y son impulsados hasta la superficie por un tipo de rocas volcánicas llamadas kimberlitas.
Para responder a la pregunta de cómo se han distribuido los diamantes sobre la faz de la Tierra, los investigadores centraron su estudio en las áreas continentales más antiguas de la corteza terrestre -con un espesor de unos 300 kilómetros y una antigüedad de alrededor de 25.000 millones de años- debido a que son las áreas económicamente viables para la extracción de diamantes.
Los científicos reconstruyeron la posición de las placas tectónicas durante los últimos 540 millones de años para localizar las áreas de la corteza continental relacionadas con el manto profundo de la Tierra en los momentos en los que las kimberlitas afloraron a la superficie como consecuencia de una erupción.
Esta reconstrucción les permitió confirmar la relación entre la ubicación de las kimberlitas y las plumas del manto terrestre.