Los envíos cárneos siguen sujetos a estrictos controles, que entre otros, impiden la entrada al país de cortes de riesgo, como sesos y espinazo.
Un cargamento de carne de vacuno, procedente de Estados Unidos, llegó este viernes a Japón por vía aérea, en el primer envío desde el país norteamericano después que Tokio levantara el lunes 12 de diciembre el embargo por temor a contagios derivados del denominado mal de las vacas locas, informaron fuentes oficiales.
El cargamento, compuesto por un total de 4,3 toneladas de carne de vacuno estadounidense, llegó al aeropuerto de Narita, en la capital nipona, poniendo así fin a dos años de prohibición a la importación de carne de vacuno de Estados Unidos y Canadá, informó el Ministerio de Agricultura local.
La reanudación de las importaciones de carne estadounidense seguirá, sin embargo, sujeta a condiciones, como por ejemplo que el producto proceda de reses de hasta 20 meses de edad y que no contengan partes del animal consideradas de riesgo como los sesos o el espinazo.
Japón cerró sus fronteras a la carne de vacuno procedente de Canadá en mayo de 2003 y de Estados Unidos en diciembre de 2003, después que se registraran en el país norteamericano los primeros casos de la Encefalopatía Espongiforme Bovina (EEB), conocida como mal de las vacas locas.
Con esto se cerró uno de los comercios de alimentos más sustanciosos de Estados Unidos con Japón, el mejor cliente de los ganaderos occidentales.
En el año fiscal 2003, las importaciones niponas de carne estadounidense fueron de 200.000 toneladas, lo que representaba el 20 por ciento del consumo doméstico nipón.
El gran beneficiado de la prohibición fue Australia, cuyas exportaciones al archipiélago asiático se dispararon el pasado año fiscal en 40 por ciento, hasta llegar a las 410.000 toneladas y cubrir la mitad del mercado japonés, según fuentes de la industria.
Antes de llevarse a cabo la reapertura del mercado japonés a la carne estadounidense, Tokio insistió en recibir el visto bueno de la Comisión sobre Seguridad Alimentaria para certificar que la carne iguala en seguridad a la nipona.
La lentitud de este proceso agotó la paciencia de numerosos congresistas de Estados Unidos, quienes llegaron a pedir medidas drásticas para obligar al Gobierno japonés a actuar con celeridad.
En octubre pasado un grupo de 21 senadores estadounidenses introdujo una enmienda en la que demandaban la imposición de sanciones a Japón por cerca de 3.140 millones de dólares anuales si antes del 31 de diciembre no se levantaba la prohibición. (EFE)
