Uno de los androides toma objetos y reconoce formas, mientras que otro juega ping pong.
La exposición se realiza en Japón y reúne casi a 200 compañías.
Desde un robot capaz de reconocer a su creador, brazos electrónicos para ensamblar a velocidad de vértigo y hasta un humanoide que juega ping pong, son algunos de los ejemplos de lo más avanzado en robótica que se muestra desde este miércoles en Tokio.
Como no podía ser de otro modo, un robot humanoide fue el encargado de cortar la cinta de acceso al recinto, que presentaba un aspecto digno de una película de ciencia ficción.
Decenas de robots, la mayoría destinados a procesos industriales, exhiben sus aptitudes ante el numeroso público, mientras representantes de las 192 empresas participantes explican orgullosos sus características y las mejoras de los ingenios electrónicos.
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| "Hiro" agarra artefactos de hasta dos kilos en cada mano. |
De los laboratorios de la nipona Kawada Industries, por ejemplo, salió "Hiro", un artefacto con cámaras en los ojos y en las palmas de las manos, capaz de reconocer colores y formas y que se mueve gracias a un sistema operativo de tiempo real.
"Hiro" mide poco más de metro y medio, pesa 70 kilos y es capaz de sostener 20 kilos sobre sus brazos y agarrar objetos de hasta dos kilos con cada mano. "Se puede controlar fácilmente utilizando el Windows XP, lo que lo hace muy accesible", dijo su creador.
Autómatas caserosOtra compañía, Anybots, exhibe un robot teledirigido, un poco más grande que una aspiradora, pensado para actuar como un "supervisor" a distancia en la era del teletrabajo. Los controladores pueden manejarlo a distancia y con una altísima precisión.
Además, en la feria se lucen ingenios domésticos como el Robot Ping Pong, un androide que casi siempre gana, o "Herby", un muñeco con forma de bebé que mide el pulso e incluso realiza electrocardiogramas "amigables" a los ancianos.
La Exposición Internacional de Robots, que se celebra cada dos años en el centro Tokyo Big Sight, es la mayor cita mundial de un sector abanderado por Japón, país del que salen la mitad de los robots industriales del mundo.
