El médico le dijo al profesional que "se encontraba bien", pese a que ya había fallecido.
Richard Sennef fue el primero en llegar a la residencia del "rey del pop" el 25 de junio de 2009.
El doctor Conrad Murray, quien asistía personalmente a Michael Jackson en sus últimos días de vida, se puso frente a su cuerpo el 25 de junio del 2009 y le dijo a un paramédico que el cantante "se encontraba bien", pese a que ya había fallecido.
"No tiene ningún problema. Está bien. Estuvo practicando toda la noche. Simplemente lo estoy tratando por deshidratación", dijo Murray Richard Sennef, paramédico de Los Angeles que fue el primero en llegar a la residencia, según la declaración de este en el juicio por homicidio involuntario.
De acuerdo a los documentos legales que se filtraron y cuyos extractos fueron publicados por el diario Daily Mirror, Murray también habría mentido al paramédico cuando fue consultado sobre si Jackson estaba tomando algún medicamento.
Inicialmente el médico le habría dicho que Jackson "no estaba tomando nada", pero luego se corrigió y dijo que le había dado una droga contra la ansiedad -lorazepam- para que lo ayudara a dormir.
Sennef también asegura que más tarde vio a Murray sacando botellas de la habitación y lo sorprendió realizando maniobras de reanimación cardíaca en la cama, pese a que operadores del 911 le habían dicho que lo moviera al suelo.
