Journey tuvo un triunfal retorno a los escenarios chilenos en el Movistar Arena, que fue testigo del crecimiento de Arnel Pineda desde que tuviera su prueba de fuego en Viña 2008 como nuevo vocalista de la banda.
Si aquella vez Pineda sorprendió por su talento vocal, a estas alturas ya juega un papel esencial en la puesta en escena, donde su carisma y vitalidad resultan contagiosos.
Y así lo entendieron las 12.000 personas que dijeron presente en el recinto capitalino, que siguió el show de 124 minutos prácticamente de pie, pese a que el sector de cancha estaba acomodado con sillas.

Pasaron temas como "Separate ways", "Never walk away, "Any way you want it", "Open arms", "Lights" y "Faithfully", además del esperado "Dont stop believin'", que fueron largamente coreados.
La vitalidad de Pineda
Los fans de Journey ya están acostumbrados al talento de Neal Schon (guitarra y coros), Jonathan Cain (teclados y coros), Ross Valory (bajo y coros) y Deen Castronovo (batería, percusión y coros), pero lo del filipino resulta un show aparte.
Corría incansable por el escenario, saludaba de extremo a extremo mientras cantaba y no dejaba de saltar y moverse, como si su calzado plateado tuviese resortes que le impidieran quedarse quieto.
De vez en cuando saludaba en español, y no cejó en tener un contacto directo con los fans, al acercarse constantemente a estrechar las manos de la gente que se acercó hasta la reja que protegía el escenario.
Estrechó manos, y hasta se tiró al suelo, junto con no tener problemas para calzarse cuanta bandera, gorro u otro objeto le lanzaran, los que luego devolvía al mismo sector desde el que provenían.
"Yo te amo, Santiago, Chile" y "buena onda" fueron algunas de sus frases, junto a otras en inglés como aquella en que dedicó un tema a las víctimas y la grave situación que enfrenta Japón a raíz del terremoto.
Journey seguirá su recorrido el 28 en Buenos Aires (Argentina), el 30 en Sao Paulo (Brasil) y el 2 de abril llegarán a Lima (Perú), acompañados de los legendarios Sweet, quienes teloneron el concierto en la capital chilena e invitaron al escenario a Miguel "Negro" Piñera, quien fue largamente abucheado.