GIT tuvo en Santiago su fiesta de retorno a los escenarios
El Teatro Caupolicán acogió el inicio de su gira 2010-2011.
Sus clásicos fueron coreados por público de todas las edades.
El Teatro Caupolicán acogió el inicio de su gira 2010-2011.
Sus clásicos fueron coreados por público de todas las edades.
El Teatro Caupolicán fue testigo la noche del miércoles del retorno a los escenarios de la banda argentina GIT, en un show donde el público disfrutó de éxitos que hicieron furor en décadas pasadas.
Se trató donde la agrupación integrada por el baterista Willy Iturri, el cantante y bajista Alfredo Toth, y el guitarrista Pablo Guyot apeló a un pulcro sonido, ante un marco de más de tres mil personas.
Sabedores de que lo suyo nunca fue la excelencia vocal ni la sobrecarga de sonidos, echaron mano a la simpleza rítmica de sus canciones para llegar al público deseoso de escuchar canciones que están en el catalogo de la música de los ochenta y noventa.
Fue así que su recital de una hora y 50 minutos lo iniciaron sin mayor dilación, y saludo de bienvenida fueron "Siempre fuiste mi amor" y "La calle es su lugar (Ana)", los mismos temas con que cerraron un show que es el punto de partida de una gira que los llevará por diversos puntos de Latinoamérica.
"Acaba de nacer", "No lograrán distraerme", entre otros temas formaron parte de sus primeros fuegos sobre el escenario adornado con luces de colores y una pantalla que proyectaba imágenes.
Luego vino la presentación en sociedad de la canción "Tu nombre", composición que vio la luz hace algunos meses.
Lo siguiente fue un bloque intimista encabezado por "Buenas noches Beirut", e inclusive un instante acústico en el que Irutti dio un paso al costado, mientras sus compañeros, guitarra en mano interpretaban "Para Pau" y "Mujer peruana", que sembró algunas pifias por su título, que rápidamente fueron acalladas por la explicación de los músicos sobre que se trataba de un tema dedicado "a todas las mujeres".
Lo que denominaron como segunda parte del concierto corrió por cuenta de hits como "Quiero verte", "El juego comienza", "No hieras mi corazón", "Aire de todos", y "Es por amor", lo que fueron recibidos con algarabía por parte de un público básicamente "adulto joven", pero también intergeneracional, el que disfrutó a rabiar el poder en vivo a una agrupación de acordes simples y sin mayores aspavientos, pero que logró hacerse de un lugar dentro de la música del continente.