Excéntrico millonario dará la vuelta al mundo sin escalas en un monoplaza
El aventurero y acaudalado, Steve Fosset, quiere recorrer 32.000 kilómetros en una aeronave sin descanso.
El aventurero y acaudalado, Steve Fosset, quiere recorrer 32.000 kilómetros en una aeronave sin descanso.
Steve Fossett, es un multimillonario estadounidense de 60 años que debe su fortuna a los caprichos de la Bolsa y que pretende pilotear un endeble aparato, repleto de combustible, durante 70 horas para rodear el mundo sin reposar. Hará esta travesía solo.
Hace tres años atravesó el Atlántico a bordo de un catamarán gigante en tan sólo cuatro días y 17 horas para establecer un nuevo récord mundial; luego se convirtió en el primer hombre en dar la vuelta al mundo en globo aerostático, sin escalas y en solitario, completó la ruta de Colón y ha protagonizado otras aventuras singulares.
Si todo sale según lo previsto y la meteorología lo permite, el Global Flyer, nombre con el que fue bautizado el aparato, despegará en los próximos días para afrontar una travesía de 32.000 kilómetros y 70 horas de vuelo en una diminuta cabina que hará historia.
El gran problema, y desafío a la vez, es el combustible. Los técnicos de Scaled Composites, empresa constructora del Global Flyer, la misma que diseñó el SpaceShipOne (el avión privado que atravesó la atmósfera y regresó a la Tierra sano y salvo), revelaron que el piloto necesitará 3,2 kilómetros de pista para despegar debido al peso que soportarán sus trece tanques cargados de gasolina. La aeronave de Fossett pesará tanto como un avión de 50 pasajeros; si lo consigue, aterrizará tres días después con un peso inferior al de un camión de tamaño medio.
Las pruebas que se realizaron hasta ahora invitan al optimismo. El Global Flyer, un auténtico prodigio de la ingeniería, ya efectuó un total de 16 vuelos de prueba en el desierto de Mojave en California. Ahora sólo queda el peligro del sueño, al margen de la ya conocida dificultad que plantea el volumen del combustible necesario para completar la travesía.
Los técnicos incorporaron al avión un piloto automático para evitar riesgos en el caso de que Fossett se quede dormido. Además, la aeronave carece del sistema de deshielo para las alas y ventanas, no dispone de radar para el clima y el tráfico, y prácticamente no tiene frenos. Había que quitar peso como fuera.
El viaje del Global Flyer cuenta con el patrocinio del dueño de la multinacional Virgin, Richard Branson, que ya invirtió 1,5 millones de dólares en el sueño de Fossett. "Charles Lindbergh cruzó el océano Atlántico, Amelia Earthart atravesó el Pacífico, y el último gran desafío es ver si alguien puede dar la vuelta al mundo sin descansar", proclamó Branson, cuya sed de aventura es directamente proporcional a la profundidad de su bolsillo. (Agencias)