Los cuerpos de las víctimas y los restos del vuelo Río-París llegan a Francia
El navío que transporta los restos de 104 de los pasajeros atracó en Bayona.
El Estado aseguró que los cadáveres son identificables a partir del ADN.
El navío que transporta los restos de 104 de los pasajeros atracó en Bayona.
El Estado aseguró que los cadáveres son identificables a partir del ADN.
Los restos del avión de Air France, que se estrelló en junio de 2009 cuando cubría el trayecto entre Río de Janeiro y París, y los cuerpos de 104 de sus pasajeros llegaron en barco al puerto de Bayona, en el suroeste de Francia.
El "Île de Sein", un navío de
más de 140 metros de eslora encargado de la última operación de búsqueda, atracó en un alejado muelle del puerto de esa localidad del País Vasco francés, protegido por la Gendarmería y apartado de los focos de la prensa.
El navío, que finalizó su misión de rastreo en el Atlántico el pasado día 3 e hizo escala en las Islas Canarias en su periplo hacia Francia, transportó hasta Bayona tres contenedores con los restos del Airbus A330 de Air France que se estrelló en el mar y causó la muerte de sus 228 ocupantes.
Además, la embarcación repatrió a suelo francés los restos de las 104 personas cuyos cadáveres pudieron ser recuperados en la última fase de rastreo. Los cadáveres se transportarán ahora al Instituto Médico Legal de París, donde se les practicarán pruebas para identificarlos.
Las piezas de la aeronave, por su parte, irán a un hangar del que dispone la Dirección General de la Aviación en Toulouse, en el sur de Francia, donde los expertos continuarán sus pesquisas sobre las causas del siniestro.
En vísperas de la llegada a puerto del "Ile de Sein", el secretario de Estado francés de Transportes, Thierry Mariani, había recibido a miembros del comité de información de las familias de las víctimas del vuelo AF447 Río-París, para hacer balance junto a responsables del organismo responsable de las pesquisas, el BEA.
En la última campaña de búsqueda en el Atlántico, que ha costado seis millones de euros, se decidió reflotar los cuerpos de los ocupantes del avión que se encontraban.
Se había comprobado que eran identificables a partir de pruebas de ADN, pese a haber pasado casi dos años sumergidos en las profundidades marinas a cerca de 4.000 metros.